Brasilia.- El gobierno brasileño analiza hoy la implementación de una contribución específica del 0,38 por ciento para garantizar el financiamiento de la salud pública.
Se trata de un gravamen, parecido al denominado CPMF ((impuesto sobre el cheque, derogado en 2007), que saldría del cobro de un tasación del 0,38 por ciento al movimiento financiero y sería destinada a cubrir los gastos de salud, destacó el ministro de este ramo, Arthur Chioro.
Hasta el momento se mantienen diálogos avanzados con prefectos y gobernadores con miras a ganar respaldo y presentar un proyecto de ley al Congreso, subrayó.
Los fondos recaudados, que sobrepasarían los 40 mil millones de reales (11 mil millones de dólares), serían repartidos entre los municipios y estados, y el gobierno federal recibiría apenas una tercera parte, aseveró.
Medios de prensa nacionales señalaron que esta propuesta será tratada esta noche en un encuentro de la presidenta del país, Dilma Rousseff, con los máximos representantes de los estados de nordeste de Brasil.
La reunión se celebrará en la ciudad de Fortaleza, capital estadual de Ceará, donde Rousseff viajó este viernes para participar en la ceremonia de entrega de viviendas del programa “Mi casa, Mi vida”
El líder del ejecutivo en la Cámara de Diputados, José Guimarães, confirmó que se estudia una propuesta de este tipo para asegurar un fondo estable y dirigido al sector de salud.
“No se trata de crear un nuevo impuesto, se trata de cuidar y fortalecer el Sistema Único de Salud (SUS, público)”, enfatizó.
Esta iniciativa generó asimismo inquietud entre los industriales y empresarios, que rechazaron la posibilidad de un aumento de la carga fiscal en Brasil, la cual es considerada como una de las más altas de América Latina.
Expertos financieros señalan que los tributos representan el 35 por ciento de Producto Interno Bruto del país.