De aquel joven de apariencia endeble, que debutó hace más de 10 años en Series nacionales de béisbol, queda muy poco; esa es la impresión que hoy deja Lázaro Blanco Matos, convertido en uno de los mejores lanzadores de Cuba.

Por supuesto, en su tránsito por los diamantes nunca han faltado tropiezos, aunque ningún otro como aquel inicio incierto en los clásicos cubanos, “cuando en las primeras siete campañas conseguí 21 triunfos y 33 derrotas”.

Y hubo más. Entonces, regresa a su mente la exclusión del conjunto de Granma para la edición 51, aunque no pocas personas seguían confiando en él y en sus posibilidades, luego de su primer triunfo el 12 de marzo de 2005 (11×4 ante Metropolitanos).

Por eso, este 6 de octubre, instantes después de lograr la victoria 100 en la pelota cubana, recordó a quienes les permitieron, con sus enseñanzas y consejos, darle otro rumbo a su carrera deportiva.

“Le doy las gracias a Víctor Mesa, que me dio la oportunidad de estar como refuerzo con Matanzas (series 52 y 53) y vaticinó que podía convertirme en un gran lanzador”, rememoró, mientras recibía los aplausos de la afición que fue a verlo al estadio bayamés Mártires de Barbados, donde logró la hazaña con lechada de 5×0 ante Ciego de Ávila.

También agradece a José Manuel Cortina, “él siempre vio cualidades en mí y argumentaba, el que entrena tiene que triunfar, y tú entrenas bastante”.

Aquella profecía del reconocido entrenador, el espigado yarense la hizo realidad, al punto de ser el serpentinero con más éxitos en las cinco campañas más recientes, junto su paso exitoso por la Liga Canam y la de Panamá, además de integrar las selecciones cubanas del último período, como primer abridor en eventos internacionales.

Blanco Matos arribó a esa cifra en su temporada 16, con mil 447 entradas y un tercio de labor, y entró como el cuarto tirador granmense, luego de Ernesto Guevara Ramos, Ciro Silvino Licea González y Misael López Moreno.

En medio de la celebración y el agasajo, evocó el incondicional sostén de sus padres y a sus hijos, fuente de motivación, “a todos los que me ayudaron a estar donde estoy, a mis entrenadores, a mi equipo y al pueblo; pero también, a varias personas que perdí y siempre me apoyaron”.

Sobre su arranque discreto con los Alazanes en la actual contienda, comentó que empezó a entrenar en cuanto llegó, “el preparador Luis Ernesto González me sugirió que debía hacerlo suave, que venía con cargas muy altas.

“Me sentía muy cansado, las piernas se me engarrotaban, pensé que no iba a poder y comencé con el trabajo de recuperación, ya en las últimas salidas he tenido mi velocidad habitual, y hoy me sentí muy bien”, reveló uno de los artífices en la coronación de los Alazanes en las ediciones 56 y 57.

A pesar de lo poco que pudo aportar a la causa del equipo, con tres reveses iniciales, tuvo la comprensión del mentor Carlos Martí Santos, “los atletas pasan por esos momentos, me dijo”.

Lázaro reconoce el enorme reto que asumirá con el elenco granmense, desde el domingo, en el play off por un comodín y el avance al torneo élite, “será una serie muy corta y el primer partido es fundamental”, asevera, aunque otro desafío más exigente se asoma en el horizonte, el Premier 12.