Manzanillo.- Llegaron a la fiesta Tejiendo Sueños, como el nombre de su espectáculo, y los niños de la comparsa de Romilio, del populoso barrio de Caymari, obtuvieron este domingo, por segundo año consecutivo, el Gran Premio del carnaval infantil Manzanillo 2017.
Ellos ganaron, además, las distinciones como mejor farolero para Brian Pompa; rumberos, Misael Vidal Céspedes y Ainet Fonseca; percusionista, Ángel Eduardo Pelegrino; músico de instrumento de viento, Ronni Vega, y mejor conga por la excelencia de la rítmica, resaltando las tradiciones locales.
Antonio Quesada Labrada, director general de la agrupación de pequeños, dedicó el galardón a su padre, Romilio, creador de la comparsa y estímulo de los nuevos triunfos y destacó la disciplina, entrega y dedicación de los infantes “con los que es difícil trabajar, pero se puede cuando existe colaboración e interés de instructores y padres”.
A los integrantes de la comparsa de la comunidad de La Pesquera se les distinguió con el mejor estandarte y atrezzo, mientras que el jurado reconoció el desempeño de Yeilen Salgado y Keilan González, de Los Guaracheros, a Yunier Pacheco, de la Tejiendo Sueños y a los proyectos de la Casa de cultura municipal.
Luego de reponerse, ante la llegada tardía del vestuario, los integrantes de la comparsa Los Guaracheros se llevaron a casa el primer lugar; mientras que el segundo y tercer puesto fueron para las representaciones de Baila Conmigo, del barrio Santa Elena, y Alegría Infantil, de La Pesquera, respectivamente.
Concluyó un fin de semana cargado de alegrías y sonrisas en la ciudad del Golfo de Guacanayabo, con propuestas de la Gastronomía, Comercio, Cultura, Deporte y Recreación.
Sin embargo, otros aspectos como la demora en la salida de los desfiles de carrozas y comparsas y la demora de la ropa de comparseros lastraron los ánimos de participantes, niños y padres asistentes al evento, en jornadas de sol y calor inclemente.
Rocío Naranjo Figueredo, vicepresidenta del Consejo de la Administración municipal a cargo de la economía, refirió que los tejidos se entregaron con un mes de antelación para que nada fallara, pero los costureros no respondieron según lo previsto en el contrato.
La funcionaria aseguró que a los estilistas se les hará un descuento del dinero contratado por la labor, y reconoció la falta de alerta de los directores de las comparsas, y la poca responsabilidad, organización, y control de los encargados de asumir la misión por el sector cultural.
Si los carnavales de niños y adultos se planifican con suficiente anticipación, ¿por qué suceden estas desagradables situaciones cuando todo debe estar terminado?, ¿quién tiene la obligación de alertar posibles demoras y rectificar a la hora prevista?, ¿quién repara la tristeza de la sensibilidad y la inocencia de los niños y niñas que desearon bailar a tiempo?
No obstante los lunares del convite, los miles de infantes manzanilleros junto a sus familiares, disfrutaron a plenitud de un fin de semana de fiesta y colores. Dentro de un año volverá el jolgorio, ojalá y para entonces, de los errores se aprenda a sacar las mejores y más oportunas ideas y soluciones.