La sur oriental provincia cubana de Granma fomenta tecnologías para amortiguar los daños en la ganadería y la agricultura causados por el estrés hídrico y salino que sufre el país”, precisó el Doctor en Ciencias Mario Cisnero, especialista de la delegación territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente en este territorio.
“Al faltar el agua, la reserva subterránea va bajando, como consecuencia las sales se concentran y los suelos alcanzan tenores tan altos de sales que se tornan complicados para la agricultura y la producción de alimentos.
“Granma tiene múltiples hectáreas afectadas especialmente en el municipio de Río Cauto, con tenores superior a las mil partes por millón de sales, áreas que fueron en sus momentos para producir arroz y que hoy están casi inservibles”, expuso Cisnero.
La ganadería tampoco está exenta de esta situación, ello explica la intención por parte de la máxima dirección del país, de conjunto con el ministerio de la agricultura y las entidades que hacen ciencia, de buscar, aplicar y generalizar tecnologías que puedan atenuar en cierta medida ambos efectos: sequía y salinidad.
“En la provincia se están desarrollando estos trabajos en la ganadería con especies de pastos tolerantes al estrés hídrico y salino, -aclaro- tolerantes, no resistentes.
“El Instituto de Investigaciones Agropecuarias Jorge Dimitrov tiene importantes variedades de pastos de las cuales se ha demostrado que pueden ser cultivados con buenos rendimientos. El país trabaja en algunos proyectos vinculados a prioridades nacionales con interés de ampliar su introducción.
“El territorio ha estudiado variedades de tomate en la Estación Experimental del Dimitrov, que sirvan para la industria y el consumo fresco y no requieran de tanta agua para su desarrollo. Igualmente se trabaja con variedades de maíz y frijol.
“La Sucursal Labiofam de la provincia cubana de Granma, perteneciente al Grupo empresarial de producciones biofarmacéuticas y química, ha estado trabajando en la introducción de estas tecnologías que a partir del Dimitrov se le han ido comercializando sus semillas”, manifestó.
Cisneros refirió que entre los cultivos que Cuba debe pensar en introducir con intencionalidad está la moringa, originaria de zonas semidesérticas.
Esta planta hace muchos años se desarrolla en América Latina, en países como Guatemala, Honduras, Nicaragua y México. Además de sus potencialidades se reporta además que la planta puede ser empelada como abono verde para la recuperación de suelos degradados.
El Dimitrov, institución científica que cuenta además con un valioso banco de germoplasma cuya pureza genética permite la incorporación de variedades con más rendimientos en la provincia.
En Granma, por ejemplo, la cosecha del grano en 2012 no pasó de 0,4 tonelada por hectárea, y en la campaña 2013-2014 se elevó a 1,3 toneladas, debido al empleo de semillas categorizadas.
Una de las prioridades del centro es la capacitación sistemática a productores.
El Instituto fue creado, por orientaciones del líder histórico de la Revolución cubana Fidel Castro, a fin de hacer ciencia en correspondencia con las particularidades climáticas y la vulnerabilidad alimentaria del oriente cubano.