La memoria histórica de la suroriental provincia cubana de Granma, en relación con fenómenos meteorológicos de gran envergadura, guarda los detalles del ciclón Flora, y del huracán Dennis, pero ahora, pasado el tiempo, las experiencias son mayores cuantitativa y cualitativamente.
Vivimos hace muy poco, unos días de incertidumbre, temores y ajetreo para salvaguardar los recursos humanos y económicos del devastador “Matthew, que felizmente no provocó grandes daños en Granma, pero pasada esa etapa, cuando ya todo regresa a la normalidad, inicia una etapa en la que es esencial la colaboración y participación de todos.
Los eventos meteorológicos provocan alteraciones directas e indirectas sobre la salud de la población, y al cesar, las condiciones de salubridad del medio pueden provocar la aparición de enfermedades.
Por ello cultivar y fortalecer la conciencia humana y crear una cultura para el enfrentamiento a ciclones o huracanes es siempre decisivo y requiere de un ciclo de actividades relacionadas con elementos como la prevención, el enfrentamiento o respuesta y la recuperación, que incluye la rehabilitación, la reconstrucción y los aspectos higiénicos epidemiológicos.
Ahora se impone tener en cuenta aspectos higiénicos sanitarios relacionados con el abastecimiento de agua potable, el correcto manejo de residuales, la disposición de excretas, el control higiénico de los alimentos y de vectores y el saneamiento ambiental.
Por estos días es preciso enfatizar en la recogida diaria de basura y depositarlas en lugares adecuados, no bañarse en aguas estancadas, mantener llenos y cubiertos con tapas bien aseguradas los tanques y depósitos del vital líquido, y drenar las aguas estancadas de pisos, zanjas y patios.
También es necesario hervir o clorar el agua de consumo durante 15 minutos, no consumir alimentos que hayan estado en contacto con las aguas desbordadas, colaborar con la apertura de desagües para evitar estancamientos y eliminar posibles criaderos de mosquitos.
De igual modo deberán incrementarse las actividades de promoción de salud para mantener informada a la comunidad sobre las labores de higienización que deben desarrollar en las casas y barrios.
Aunque las medidas a cumplir son para toda la población, son especialmente valiosas para quienes viven en zonas bajas o costeras que sufrieron inundaciones o penetraciones del mar.
Una vez más quedó demostrado el poder organizativo y movilizativo de nuestra gente, pero ahora deberán continuar evidenciándolo, en las labores de higienización y saneamiento.