Aunque en una ocasión anterior la hipertensión arterial (HTA) ocupó espacio en este diario digital, por la importancia de conocer y prevenir esa enfermedad crónica no transmisible y su relación con el riesgo cardiovascular total la traemos nuevamente.

El doctor Alexis Ferrer Fernández, jefe del departamento  de Enfermedades crónicas no transmisibles, del Centro provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología de Granma, nos pone al tanto sobre ello.

“La hipertensión arterial  es definida como la elevación de la presión arterial sistólica (la máxima) a 140 mmHg o más, o presión arterial diastólica (la mínima) a 90 mmHg o más, o ambos valores inclusive. Es aplicable para los adultos, en los niños están precisadas, según su edad, sexo y talla otras cifras o valores.

“En el mundo la prevalencia de la HTA oscila entre el 30 y el 45 por ciento de la población general, independientemente de la zona geográfica o el nivel económico del país.

“Según datos de la III Encuesta nacional de factores de riesgo y actividades preventivas de enfermedades no transmisibles realizada en 2010-2011, su prevalencia en Cuba es del 30,9 por ciento en personas de 15 años o más.

“La relación de presión arterial y riesgo de eventos de enfermedades cardiovasculares es continua, consistente e independiente de otros factores de riesgo. Cuanta más alta es la presión arterial, mayor es la posibilidad de infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca, ictus e insuficiencia renal.

“La necesidad de disminuir la morbilidad y la mortalidad por enfermedades cardiovasculares ha sido el principal motivo para enfocar el problema del control de la hipertensión arterial desde un punto de vista más integral y no solo centrado en las cifras de presión arterial como la principal variable para decidir la necesidad y el tipo de tratamiento”.

El  Ferrer Fernández asegura que en Granma la mortalidad por enfermedades cardiovasculares ocupa el número uno, constituyendo un problema de salud, por lo cual es preciso proyectarse en tal sentido para controlar la situación, pues en este año tiene un incremento en comparación con el anterior en el mismo período, predominando los pacientes de la tercera edad.

Respecto a los factores de riesgo dice:

“Existen varios factores de riesgo cardiovascular, unos modificables y otros no: hipertensión arterial, consumo de tabaco, sobre consumo de grasas, diabetes mellitus, historia familiar de enfermedad cardiovascular (mujeres por debajo de 65 y hombres por debajo de 55 años), sedentarismo, microalbuminuria, filtrado glomerular menor de 60 ml/min y obesidad.

“Al cambiar nuestros estilos de vida y al eliminar factores de riesgos, como disminuir el consumo de sal y grasas, realizar ejercicios físicos y controlar la enfermedad de base, entre otros, podemos mejorar nuestra calidad de vida”.