Conversar con Juan Ricardo Santiesteban, o J.R., como se autodefine, es sonreír constantemente con sus ocurrencias, travesuras y picardías.
Delgado y de baja estatura, Juan Ricardo habla de la vida y sus contratiempos con desenfado. Transpira optimismo y asegura que con sus 69 años de edad está apto para hacer cualquier trabajo en la construcción.
“Si hubiera nacido con la Revolución, -enfatiza- a lo mejor fuera médico, o ingeniero, pero soy constructor, y ese constituye un buen oficio. Mi mayor orgullo es que al pasar por una de las obras en que participé, alguien diga: ese negrito albañil que va por ahí, trabajó aquí, y lo hizo muy bien”.
Mientras habla sin detenerse, sujeta con ternura entre sus manos el querido casco con las iniciales J.R., que lo identifican hace muchísimo tiempo.
“Mi familia es lo más bonito que he tenido”.
Llega a Héroe del Trabajo de la República de Cuba con un amplio aval como combatiente y trabajador internacionalista, mejor operador de concretera en el país por varios años, y luego albañil de reconocida calidad en Cuba y en la edificación de un hotel en Lanzarote, España.
Es fundador del contingente VI Congreso de la Construcción, en La Habana; ostentó la condición de Vanguardia Nacional de forma consecutiva en más de una veintena de ocasiones; y recibió la Orden Lázaro Peña de I, II y III grados, otorgada por el Consejo de Estado de la República de Cuba, y la Medalla Hazaña Laboral.
“Esto me emociona, gracias a mis manos, a la crianza que me dieron , a mis padres y a esta Revolución que me lo ha dado todo.
“Soy el hombre más feliz del universo, recibí la condecoración de manos de Raúl Castro, nuestro Presidente y uno de los Líder Históricos de la Revolución”.