Idalberto González Espinosa, chofer de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en la suroriental provincia cubana de Granma desde hace 17 años, es quizás el granmense que comenzó primero a celebrar el Primero de Mayo.

Piry, como le llaman sus compañeros, amigos y familiares hizo una contribución respetable al  Aporte a mi Patria, consistente en 475 pesos en moneda nacional, como saludo a la efeméride.

Pero además, es quien conduce día y noche el auto parlante que recorre las calles de Bayamo, municipio capital de la provincia, para divulgar las actividades por la fecha e instar a todo el pueblo a desfilar por las plazas del territorio como apoyo irrestricto a la Revolución cubana.

Con 45 años de edad y un historial envidiable, este trabajador asegura que sólo cumple con lo que considera su deber, y que antes del mes de diciembre, como parte del Aporte especial, donará una similar cifra monetaria.

González Espinosa laboró varios años en la Industria del mármol donde fue Vanguardia nacional en cuantiosas ocasiones, y resultó vanguardia más joven en el Ministerio de la Construcción.

Atesora también igual categoría en la CTC, donde ha sido trabajador más Destacado anualmente.

Guarda como los más emocionantes momentos de su vida haber estado junto a Fidel, Líder Histórico de la Revolución, en la inauguración de la Escuela de Artes Plásticas de Manzanillo y en la Tribuna abierta de Buey Arriba, hace 15 años.

La valía de los seres humanos no se mide precisamente por el valor económico de sus propiedades o aportes, sino por actitudes como la de Idalberto, que reflejan el patriotismo y el desprendimiento de un pueblo abrazado a sus ideales y a su historia.

El movimiento Mi aporte a la Patria, implementado por la   CTC,  posibilita a los afiliados a sus 16 sindicatos  donar de manera voluntaria el aporte económico que así consideren, para la defensa del país.