Una planta de tratamiento y depuración de aguas será instalada en El Salvial, comunidad rural del municipio de Cauto Cristo, perteneciente a la provincia de Granma, sudeste de Cuba.

A mediados de abril reciente, iniciaron las labores de nivelación del terreno, vertimiento y compactación del material de relleno, del área donde se construirá la plataforma para el montaje del equipo, el cual se encuentra in situ en un contenedor.

El ingeniero Jorge Luis Fajardo Yero, director de la Empresa de Aprovechamiento Hidráulico Granma, entidad a cargo de la obra civil, explicó a la prensa que la planta es de procedencia española y tiene capacidad para proveer a medio millar de personas.

Será abastecida por el acueducto local, que suministra agua con exceso de sales minerales, y mediante “un complejo proceso de filtración e inyección de sustancias químicas, denominado por ósmosis inversa, la entregará apta para el consumo humano”, explicó Fajardo Yero.

Funcionará ocho horas cada día y el agua potabilizada será almacenada en un depósito cercano, denominado punto de fácil acceso, al cual acudirán los consumidores.

El sistema de acueducto del lugar mantendrá el abasto de agua para uso doméstico.

Si las condiciones meteorológicas, en particular lluvias, no afectan las acciones de construcción y montaje, la obra puede estar concluida en julio próximo.

El Salvial se encuentra a 44 kilómetros del centro urbano de Cauto Cristo y en el que residen unas 500 personas, quienes se abastecen de agua dulce acopiándola en aljibes, cuando llueve.

También, acarreándola de Monte Alto, lugar distante 13 kilómetros, en pipas tiradas por tractores o en carretones de tracción animal, medios que no pueden utilizar en tiempo de lluvia, pues los caminos se ponen intransitables.

Los operadores de los 16 camiones de volteo, dos motoniveladoras, dos cargadores frontales, dos buldóceres y un compactador enfrascados en la etapa inicial de la obra, se empeñan en ganar tiempo al tiempo.

“Aquí no tenemos horario para trabajar. Empezamos bien temprano en la mañana, hasta que se pueda por la noche, porque queremos adelantar todo lo posible, antes de que empiecen las lluvias”, dice Roberto Rodríguez Vázquez, operador de buldócer.

Los vecinos se alegran de su presencia, conscientes de que su labora es para contribuir a elevarles la calidad de vida.

Reimundo, de 68 años de edad, nativo de El Salvial, lleva agua fría y café a los constructores, porque ellos hacen para los lugareños “la maravilla más grande que puede tener una población”.