Intercambian combatientes experiencias personales sobre su relación con Fidel

Share Button
Por Yelandi Milanés Guardia | 26 noviembre, 2021 |
0
El teniente coronel de la reserva Rafael Corrales Urquiza intercambia con los estudiantes/FOTO Leipzig Vázquez García

Integrantes de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana intercambiaron este miércoles, con estudiantes de la escuela pedagógica Rubén Bravo Álvarez de Bayamo, sobre sus experiencias personales con el líder histórico de la Revolución Cubana.

El diálogo intergeneracional aconteció en el museo provincial Manuel Muñoz Cedeño, donde la compañera Raiza Rodríguez Barón, internacionalista del sector de la salud, compartió con los presentes un recuerdo especial en el cual tuvo la dicha de compartir con Fidel Castro Ruz.

El encuentro acaeció en marzo del 2006, momento en el cual el Comandante en Jefe invita a una brigada de colaboradores de la salud, entre los que ella se encontraba, a una comida antes de su partida para la República Democrática de Timor-Leste.

En la cena Rodríguez Barón destacó la impresión de tener cerca al jefe del Ejército Rebelde y de ver cuánto interés tenía en conocer detalles personales.

“También me sorprendió –asegura- su espíritu visionario, pues con meses de antelación vaticinó la guerra civil que ese año golpeó a Timor-Leste y nos aconsejó como debíamos actuar en ese caso.

“Para mí fue sorprendente como podía viajar al futuro, regresar y contarlo”, concluyó la rehabilitadora.

Posteriormente, hizo uso de la palabra el teniente coronel de la reserva Rafael Corrales Urquiza, quien relató un hecho sucedido el 29 de julio de 1958, en el que siendo miembro del Ejército Rebelde le correspondió hacer posta en un lugar por donde pasaría Fidel. Al verlo se puso nervioso, pero el mítico barbudo lo tranquilizó saludándole amablemente. No obstante, le recordó que esa noche estarían fajados otra vez con el enemigo.

De aquel día lo que más recuerda es la capacidad de Castro Ruz de preocuparse por todos, pues si no se hubiera acordado de él y lo hubiera llamado, podría haber resultado herido de una prueba que estaban realizando con una bazuca.

Otro momento relatado fue cuando en 1960 intercambió en varias ocasiones con el líder guerrillero por motivos de su cargo como jefe de maquinaria del Plan de Desmonte del Circuito Sur de Pinar del Rio.

“Gracias a esa responsabilidad conversé varias veces con el Comandante en Jefe, de quien entre otras cosas me sorprendió su sentido del deber, pues se comprometió a visitar las obras cada fin de semana y así lo hizo, además de su desaprobación con los incumplimientos. En esos casos era muy recto y severo”.

Una de las anécdotas que denotan el sentido de la solidaridad del ídolo de Birán, ocurrió cuando Corrales Urquiza dirigía en 1968 la División Militar de Guantánamo y Fidel la visitó, después de varias horas reunidos sin comer un bocado, Castro Ruz llamó a Celia y le preguntó que tenía de comida, ella respondió que un pavito asado y galleticas de soda con barra de guayaba.

Cuenta el teniente coronel de la reserva que el jefe guerrillero porcionó aquello de tal forma que todos comieron y no se notó, ni en su caso, una cuota mayor de la que les correspondía a todos.

“Ese era el Fidel que conocí y lamento mucho no haberme percatado antes de su grandeza, pues lo hubiera seguido con más convicción desde el principio, porque lo que hizo por Cuba y por los más humildes no tiene igual en la historia nacional”.

Los estudiantes regalaron ovaciones cerradas a los combatientes como muestra del valor de las experiencias compartidas con ellos, en las que descubrieron las excepcionales virtudes de uno de los cubanos más grandes de todos los tiempos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *