El 26 de septiembre de 1967, en la Quebrada del Batán, un quemante proyectil hirió de muerte el noble pecho de Manuel Hernández Osorio, jefe de la vanguardia de la guerrilla internacionalista del Che en Bolivia.

Aquel joven de quien el Guerrillero Heroico dijo que fue un gran combatiente y un espíritu ejemplar, y por su voluntad y fuerza lo comparó con un cíclope, había nacido hacia poco más de 35 años en El Diamante, barrio de Santa Rita, Jiguaní, municipio de la provincia cubana de Granma.

Por estar convocada para el día en que se cumplirán 48 años de su caída, a él estará dedicada especialmente la Asamblea de balance del Partido en dicho municipio granmense, el que observado de la cima de la loma de El Yarey muestra una llana porción de sus 646,2 kilómetros cuadrados de extensión territorial, ideal para la crianza de ganado vacuno y los cultivos varios.

En tanto desde los restos del viejo fuerte español se ven viviendas, calles y muchas de las cerca de 60 mil personas residentes en el municipio.

Los asistentes a la Asamblea pasarán revista a lo hecho en la localidad en los dos años y medio transcurridos desde el último encuentro de ese tipo, en marzo de 2012.

Su propósito es debatir críticamente por qué en los análisis que realizan organizaciones de base del organismo se aprecia falta de sentido de pertenencia, responsabilidad y disciplina de la militancia ante problemas presentes en sus respectivos radios de acción.

No escapará a la mirada partidista, el fenómeno de las indisciplinas sociales.

Ni a su atención las opiniones de la población sobre aspectos de la vida económica local, los salarios, altos precios de  productos de primera necesidad, de materiales de la construcción y aseo personal.

Asimismo, mal estado de los viales; inestabilidad en la prestación  de los servicios de Acueducto y en los productos de placitas y mercados agropecuarios; escasas ofertas gastronómicas;  rutas con limitaciones en la transportación, por ejemplo, La Rinconada, Palmarito, La Jatía y  Charco Redondo.

La realidad de la ganadería y la agricultura, principales soportes económicos de la demarcación, constituyen, también, centro de atención, pues a situaciones objetivas adversas, por ejemplo, la sequía, se suman otras como desaprovechamiento de la jornada laboral falta de exigencia y control.

Los jiguaniceros arriban a la asamblea partidista con satisfactorios resultados económicos en el primer semestre de este año, en el que las ventas netas fueron 121 millones 711 mil 400 pesos, 24,6 por ciento por encima de los planificados.