Jorgito y Arianna, dos voluntades cubanas contra el bloqueo estadounidense

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Por Agencia Cubana de Noticias (ACN) | 6 junio, 2021 |
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FOTO/ ANNIA PACHECO PALOMARES

Manzanillo, – Arianna Naranjo Leonard, residente en esta urbe oriental y madre de un niño con neurofibromatosis, es una entre los muchos cubanos que sienten bien de cerca los efectos del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a Cuba hace casi seis décadas.

La sensación de estar atrapada en la oscuridad la embargó a cuatro meses del nacimiento, acaecido en 2006, cuando supo que su primogénito Jorge Adrián Leyva Naranjo padecía esa enfermedad genética, que le provocaba la formación de tumores en el cerebro, la médula espinal y los nervios.

Se trata de un padecimiento poco común, y los innumerables trastornos que ocasiona al organismo humano repercuten tanto en tu modo de vida como en la perspectiva del futuro, declaró Naranjo Leonard en emotivo diálogo con la Agencia Cubana de Noticias.

Es muy difícil pensar en amanecer un día y que tu hijo ya no esté, subrayó quien saca fuerzas del dolor para sembrar en su pequeño el optimismo de que sí podrá llegar a adulto.

Dicha certeza la sustentan, además, su fe y confianza en la Revolución y el sistema cubano de Salud Pública, que han puesto a disposición de mi Jorgito no sólo medicamentos y tecnologías, sino amor y tesón, manifestó.

Entre los primeros golpes del bloqueo, recordó las dificultades para confeccionar la prótesis que requirió el niño, a los tres años de edad, luego de la necesaria amputación de su pierna izquierda producto a complicaciones de la enfermedad.

Entonces hizo una pausa en la conversación y reiteró su eterno agradecimiento al colectivo del Laboratorio de Prótesis Ortopédica de la provincia de Granma, sito precisamente en Manzanillo, donde siempre encontraron la manera suplir las carencias de piezas y otros insumos.

Sin embargo, los referidos aditamentos pudieran ser más cómodos, pero no entran al país por las restricciones del cerco norteamericano, denunció Naranjo Leonard.

El de mi hijo, por ejemplo, carece del pie articulado que favorece un mejor andar, y tampoco tiene las fundas de silicona adecuadas, las cuales se ajustan bien a la pierna para no provocarle roces.

Pese a ello, ponderó, los especialistas solicitan el material requerido lo mismo a la cabecera provincial que a la capital, y logran fundir las cavidades y confeccionar las prótesis de la mejor forma posible.

Gracias a su meritoria labor en la búsqueda de alternativas para garantizar el soporte técnico que necesitan las personas con discapacidad, hoy Jorge Adrián puede jugar béisbol y futbol, acotó.

Agradecida y sonriente de ver a su retoño convertido ya en un adolescente de 14 años, con noveno grado de escolaridad, señaló que la educación especializada para niños como el suyo tampoco escapa a las crueldades del bloqueo estadounidense.

Él estudia en la escuela Amistad Cuba-Vietnam, en Santiago de Cuba, y allí los profesores del gimnasio tienen que recurrir a la creatividad en aras de suplir dificultades con implementos físicos para la rehabilitación de los alumnos, recalcó Arianna.

Yo me siento bien, estoy acostumbrado a la prótesis, recibo muy buena atención de mis médicos, enfermeros, rehabilitadores y maestros, y tengo posibilidades de llegar a ser informático, que es la carrera que me gusta, expresó Jorgito como mejor lección de la resiliencia del pueblo cubano frente a la genocida política norteamericana.

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