Poco se sabía hasta ahora de este ingeniero titulado en la universidad norteamericana de Washington, pero de pronto las redes sociales en manos turbias lo han catapultado a la fama después de autoproclamarse presidente de Venezuela aludiendo al artículo 233 de la constitución del país andino, precisamente violada por el actual presidente de la Asamblea Nacional, declarada en desacato.
Porque Nicolás Maduro no ha muerto ni ha renunciado a su mandato, ni ha sido destituido por sentencia del Tribunal Supremo de Justicia; ni padece incapacidad física o mental permanente, certificada por una junta médica designada por el Tribunal Supremo de Justicia y con aprobación de la Asamblea Nacional… todo es una jugada de engaño: el verdadero usurpador es este joven que no “guaidó” la debida compostura política sino que prefirió aliarse las fuerzas más retrógradas de la política internacional… pero el tiro le salió fallido.
La disposición del Parlamento, cuyas decisiones no son acatadas por el Gobierno luego de que en 2016 el Tribunal Supremo de Venezuela declarara la Asamblea Nacional en “desacato”, por todas las faltas políticas y éticas cometidas, supone una muestra de rechazo más al nuevo mandato de Nicolás Maduro, cuya legitimidad pretende desconocer Guaidó, porque se sabe ilegítimo él mismo.
En un intercambio con Diosdado Cabello, el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela, que el joven oposicionista negó de manera irresponsable, dijo que había sido muy presionado, hecho que ahora pretende desconocer, pero lo cierto es que desde que entró en trance político, Youtube divulgó un video donde ya se decía por algunos diputados que si Guaidó no asumía la presidencia ellos lo harían, incluso una parlamentaria, más aún Richard Blanco jefe de la Facción 16 de julio lo presionó desde entonces y lo instó a ser valiente ¿pura casualidad? Creo que no.
Debe constar también el mensaje emitido el día 22 por el vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, quien exhortó en un tuit a llevar a cabo la acción desestabilizadora.
La develación fue hecha por el diario estadounidense Wall Street Journal , según el cual fue una llamada del propio Pence el detonante para la proclamación de Guaidó, al asegurarle a este que tendría el respaldo de la Casa Blanca si “tomaba las riendas” del Gobierno invocando una cláusula de la Constitución.
La oposición pretende desconocer la legitimidad del nuevo mandato presidencial de seis años que juró Maduro ante el Supremo hace casi dos semanas.
El líder bolivariano se impuso con holgura en los comicios presidenciales de mayo pasado, unas elecciones en las que no participó la mayoría de la oposición que tachó las votaciones de fraudulentas y trató de boicotearlas por todos los medios posibles; incluso al no asistir dejaron la puerta abierta al bolivarianismo ¿es que no conocen el término forfeit por medio del cual quien no se presenta a contender pierde automáticamente? esto es válido también para la política.
Incluso, se ha puntualizado por el Consejo Nacional Electoral de Venezuela que la figura de presidente interino ni siquiera está contemplada en las leyes: sencillamente, no existe, lo que da cuenta no solo de la absoluta invalidez del cargo que Guaidó se otorga sino, además, de esa cierta dosis de improvisación en la ejecución de los planes… o desespero, como dice Maduro.
Solo pasa que se ignora su elección con más del 67 por ciento de los votos el pasado 20 de mayo, y su asunción el 10 de enero como lo dicta el artículo 231 de la Carta Magna, donde reza que “si por cualquier motivo sobrevenido el Presidente o Presidenta de la República no pudiese tomar posesión ante la Asamblea Nacional, lo hará ante el Tribunal Supremo de Justicia”.
Lo demás es Buche y pluma no más como reza la exitosa canción del trío Matamoros y las noticias falsas que se empeñan en propalar los youtubers entreguistas.