La cubana Idalys Ortiz intentará, por cuarta ocasión consecutiva, subir al podio de unos Juegos olímpicos, este viernes, cuando salga al tatami del Nippon Budokan, en Tokio, donde acontece el certamen de judo de la presente cita bajo los cinco aros.

Por su condición de líder en la división de más de 78 kg, Ortiz fue sembrada en octavos de final y, en esa fase, enfrentará a la vencedora del match entre la portuguesa Rochele Nunes y la puertorriqueña Melissa Mojica.

De salir airosa, como se espera, la artemiseña podría chocar luego con la tunecina Nibel Cheikh Rouhou, previo al presunto duelo de semifinales con la brasileña María Suelen Altheman, quien la venció por bronce, durante el Campeonato mundial de este año, en Budapest, Hungría.

Esa ha sido la única derrota ante la sudamericana, después de 17 victorias, por lo que el escenario tokiota se pinta para un desquite de Idalys, que de conseguirlo estaría asegurando presencia en la final y presea de plata.

Por la otra parte del organigrama, son favoritas para avanzar la azerí Iryna Kindzerska y la japonesa Akira Sone, tercera y cuarta del ranking, en ese orden, aunque tendrán que demostrarlo.

Sone recibió el visto bueno de su federación para participar en la justa estival, en lugar de Sarah Asahina, vigente monarca del orbe y escolta de la cubana en el escalafón.

La titular de Londres 2012 acumula, además, un segundo puesto y un tercero, y amenaza con igualar el número de metales en estos eventos de la guantanamera Driulis González (1-1-2), aunque si accede a la porfía del oro, se consolidaría como la mejor judoca cubana de todos los tiempos.

El también superpesado de la Mayor de las Antillas, Andy Granda (más de 100), debuta ante el representante de Tajikistán, Temur Rakhimov, y de no quedar eliminado rivalizaría luego con el georgiano Guram Tushishvili.