Septiembre y la última decena del mes de octubre, estremecieron toda Cuba, obligaron a reordenar la vida económica y social del país, conminaron al acopio de voluntades, a la solidaridad y al humor cubano.
Hizo que nuestras industrias se apretaran el cinturón sin que el pueblo dejara de recibir el pan suyo de cada día, y sacó a flote nuevas experiencias ante una crisis energética coyuntural que pretendía engullir nuestra supervivencia.
Por esos días, fue común escuchar las historias de quienes se apretaron en un carretón para montar a más personas sin cobrar un centavo, porque ahora coger la guagua está más difícil desde que el gobierno de Estados Unidos se puso a la caza de cuantas navieras con combustible pretenden arribar a Cuba; y hay quienes jocosamente tildaron a Miguel Díaz-Canel Bermúdez como el “Presidente de la botella”, por detener en ocasiones su comitiva en paradas atestadas, para llevar personal.
La foto del día en #Cuba : Presidente @DiazCanelB detiene su vehículo para ayudar en el transporte de la población pic.twitter.com/xqJjYsOtYU
— José Ramón Cabañas (@JoseRCabanas) October 11, 2019
Otras proezas, quizás por cotidianas quedan en el anonimato, y es necesario no dejarlas reposar mucho tiempo, contrario a lo que sucede con la masa para elaborar el pan, porque corremos el riesgo que pierdan su sabor.
Hoy, La Demajagua reseña algunas experiencias granmenses derivadas de estas circunstancias en la que muchas industrias experimentaron recortes en el combustible, otras se paralizaron y reagruparon producciones para salir a flote.
ESTRATEGIAS DE AHORRO
En el sector agropecuario, manifiesta Harold Pérez Teira, vicepresidente del Consejo de la Administración Provincial, fue válido retomar en los procesos de siembra la tracción animal, el intercalamiento y el laboreo mínimo.
En la transportación de cargas y distribución de alimentos desde otras provincias hacia la nuestra y de Bayamo hacia los restantes municipios se explotó al máximo el ferrocarril hasta Manzanillo, y el transporte automotor para llegar a los municipios costeros.
El engranaje de mecanismos fue tal, que la distribución de la canasta familiar se ejecutó con un 50 por ciento menos de combustible dentro del mes establecido.
Las dos empresas pesqueras, a pesar de no contar con combustible para la captura y la producción de este surtido, aplicaron alternativas relacionadas con una mayor vinculación con la pesca deportiva y un uso eficiente del mínimo combustible para cumplir con los destinos asignados a la gastronomía y el comercio.
La local alimentaria, conocida como pan y dulce, a pesar del déficit de harina, no dejó de elaborar el pan normado, y aseguró los suministros de varias festividades, entre ellas carnavales.
Trabajar con tal limitación fue un reto para todos, asegura Roger Fernández Bodaño, director de la Empresa Cárnica en Granma, industria que reacomodó las producciones de Niquero hacia el resto de las UEB, para optimizar el combustible diesel en un momento en que confluían picos de producción, recuperación del cerdo y el carnaval de ese territorio costero.
“Lo otro decisivo fue poner el combustible en función de la distribución. Muchos aseguramientos se realizaron mediante terceros, así poníamos el transporte nuestro y el carburante en función de la canasta básica”, explica Fernández Bodaño.
“Eso implicó que en la zona rural a la que íbamos dos veces, se llevó el percápita del mes en un solo viaje; que fuéramos a buscar los condimentos necesarios para nuestra industria en La Habana en el propio carro en que se le suministran productos lácteos, y se aprovecharon algunos arrastres de ferrocarriles.
“La máxima dirección de la provincia siempre defendió la máxima que se debía priorizar la producción de alimentos independientemente de la crisis energética, ello obligó a desplazar las producciones de horarios picos hacia horarios más convenientes, téngase en cuenta que la carne es un producto perecedero por excelencia, por tanto, no afectamos los picos de la tarde y lo menos posible el mediodía”.
En el edifico central de la empresa cárnica, se dispuso un parque fotovoltaico capaz de generar 10 Megawatts de corriente al mes que permitirá inyectar a la UEB Bayamo cuando el edifico no lo esté demandando.
Como resultado de estos estudios para racionalizar el combustible, Cauto Cristo hoy busca los domingos las cinco frecuencias de mortadela para la merienda escolar de Secundaria de la semana, cuando lo hacía diariamente; y el municipio de Buey Arriba garantiza la merienda escolar de la secundaria de San Pablo de Yao, con lo que nos ahorramos otros viajes. Como estos lugares, se hicieron ocho reajustes más en la provincia.
También validaron la experiencia de trasladar los productos terminados de conservas con los retornos de los camiones de la Empresa de Bebidas y Refrescos (Ember), el cárnico y el lácteo.
CERRAR BRECHAS AL DESPILFARRO
La empresa integral de la industria alimentaria EPIIA, recibió solo el 20 por ciento de la asignación habitual de diesel tecnológico, y un 10 por ciento del diesel necesario para su transportación.
“Como estrategia se reubicaron las producciones de las unidades con significativo consumo, como la panadería Los angelitos, y El Valle, ambas de Bayamo hacia otras unidades que laboran con leña o equipos eléctricos menos consumidores”, explica Davisnel Peña Peña, subdirector comercial.
“Las producciones de las cinco fábricas de galletas se reagruparon en Manzanillo, entidad que solo requiere 125 litros de combustible por tonelada de producción; mientras las demás consumen 225, y comenzamos a trabajar con leña en la galletera de Bartolomé Masó, a la cual se incorporará próximamente Media Luna, luego de los reajustes en los hornos”, comentó.
“Con la disminución en la cobertura de harina la transportación de la materia prima ha sido diaria, para ello hemos recurrido a carretones y carros menos derrochadores en los cuales se acopian materias primas, dígase levadura, sabor y color, siempre y cuando no contaminen la mercancía.
“La creación de tres polígonos productivos en Bayamo en aras de agrupar las manufacturas de repostería, galletas y conservas, permitirá concentrar la distribución y no malgastar combustible”, anunció Peña Peña.
RESULTADOS DE LA EXPERIENCIA
A pesar de las restricciones, se cumplieron varios indicadores productivos, incluso sin precedentes en lo que va de año. Según Harold Pérez Teira se superó las 900 toneladas de entrega de carne de cerdo a la industria, cuando la media oscilaba en 600, y 400 en el primer trimestre. En el caso de la distribución de otros cárnicos, como pollo y pescado, fue el mes más estable y en ambos productos se superaron las 500 toneladas de distribución cuando no llegábamos a 300”, destacó.
La rama agropecuaria no dejó de sumar productos agropecuarios a placitas y mercados; el lácteo aseguró la distribución de leche y helado; y la embotelladora de cervezas asumió actividades complejas como la cubanía y el carnaval de Pilón, entre otras.
“Fue el mes de mayor cumplimiento de circulación mercantil minorista que se capta a través de las empresas del comercio, y que tiene la misión de recaudar cinco millones de pesos diarios en la provincia, y su cumplimiento superó el 90 por ciento.
“De forma novedosa, en Bayamo, se incrementó todos los sábados una representación de productos diferenciados del lácteo, el cárnico y la Ember… a partir de las 7 de la noche en la Plaza de la Patria, con gran aceptación y calidad.
“Se dio marcha al antiguo mercado El chapuzón con su área agropecuaria y de quioscos, que conservará todos los domingos el carácter de feria agropecuaria, cultural y deportiva; y se abrió el mercadito El paraíso, sito en calle Saco, con producciones del Minal envasadas y de calidad”, refirió.
Con aproximadamente el 60 por ciento del combustible que veníamos ejecutando los meses anteriores se respaldaron más actividades que las previstas.
Tales resultados solo son posibles por la unidad, la correlación entre productor, suministrador, transportista, y gracias al correcto encadenamiento productivo entre las empresas, principalmente del sector agropecuario; la industria y el comercio minorista.
Como práctica, queda la máxima de trabajar con un concepto de integralidad y eficiencia; sistematizar estas iniciativas que generaron en su aplicación mayores niveles de producción con la misma cantidad de combustible, incluso menos, a partir de un mejor uso del transporte, utilización de las industrias y un mejor índice de consumo.