Asunto recurrente entre cientos de cubanos, en las calles, en las casas, en los centros de trabajo, en las reuniones de amigos, ha sido por estos días, lo referente a la reforma constitucional, proceso que iniciado en el marco del primer período ordinario de sesiones de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, tendrá continuidad en la consulta del documento de marras al pueblo.

Los cubanos que desde mucho antes habían reconocido cierta falta de conocimiento sobre el contenido de nuestra carta magna, no quisieron perder de vista los detalles de su perfeccionamiento, con la tranquilidad de que, como se ha dicho, los cambios no implican en modo alguno, variaciones del sistema de construcción socialista que nos dignifica desde 1959, sino por el contrario, amplía nuestra gama de derechos.

Que la estructura estatal sea más funcional, la potenciación de la autonomía de los municipios como elemento descentralizador, el destaque del concepto de prosperidad individual y colectiva en pos de un socialismo más próspero, la posibilidad de que los bienes de Estado sean gestionados por vías no estatales como ocurre con los arrendamientos de locales, son entre otros muchos, temas tratados en el documento y que acapararon la atención por estos días.

El concepto de matrimonio ahora como acto entre dos personas, y no solo entre una mujer y un hombre, dice del gran alcance de la reforma, la cual ha motivado profundas reflexiones populares.

El proyecto de reforma constitucional, es consecuente con lo expresado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, en la Primera Conferencia Nacional del Partido, en enero del 2012, cuando señaló: “ (…) dejar atrás el lastre de la vieja mentalidad y forjar con intencionalidad transformadora y mucha sensibilidad política la visión hacia el presente y el futuro de la Patria, sin abandonar, ni por un instante, el legado martiano y la doctrina del marxismo-leninismo que constituyen el principal fundamento ideológico de nuestro proceso revolucionario”.

Ha sido esta una sesión del Parlamento, esencialmente renovadora, desde el momento mismo de la aprobación de nuevos ministros, muchos de ellos jóvenes con una trayectoria destacada y reconocida, y que ha disparado opiniones positivas y esperanzadoras.

La sesión apuntó a una mayor participación colectiva en todo proceso de transformación necesario para el país; así se advirtió en cada debate, entre estos los relacionados con la ejecución del presupuesto, y en los cuales quedó claro una vez más que, si los recursos del presupuesto del Estado son para el pueblo, este tiene que exigir que se cumpla. En fin, porque todos, sin excepción, tenemos un compromiso, una responsabilidad, con el presente y el futuro.