Tiene una voz dulce y serena, que inspira confianza. Cada palabra o gesto suyos denotan la tranquilidad espiritual albergada por aquellos que encaran de frente y con valentía los desafíos de la vida.

Así, sencilla y apasionada, es Iris Betancourt Téllez, quien se desempeña como delegada del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) en la provincia de Granma  desde 1998, y diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular,  desde hace dos décadas.

Por sus méritos y esa sensibilidad que le ha permitido ganarse el cariño de muchos, su nombre vuelve a figurar entre los candidatos para representar a este territorio oriental,  en el máximo órgano cubano.

“De ser escogida nuevamente, el próximo día 11,  será esta la quinta legislatura en la que participo”, comenta a la ACN esta cubana de 66 años de edad, que nació en una comunidad del Segundo Frente Oriental, en la provincia de Santiago de Cuba, pero lleva casi 40 primaveras en suelo granmense, territorio del cual se siente, con todo derecho, hija adoptiva.

Allí, comenzó su vida laboral, encontró los horizontes para formarse como Doctora en Ciencias Veterinarias, y emprendió un camino cargado de responsabilidades administrativas y políticas, entre las que destaca su condición de diputada.

“Para mí estar durante dos décadas en la Asamblea Nacional ha sido un orgullo, porque en el país existen otros hombres y mujeres con méritos suficientes para integrar ese órgano de gobierno.

“En las tres últimas legislaturas- dijo- he salido nominada por el municipio de Manzanillo, al cual admiro y respeto mucho,  por  su rica historia y el ímpetu de su gente”.

Cuando se conjugan tantas responsabilidades,  aprender a combinar el tiempo para cumplir todos los compromisos y dejar el necesario espacio a la familia no es tarea fácil.

“Llevar todas esas responsabilidades juntas exige una organización individual muy grande para poder entrelazar los encargos administrativos y políticos, sin desatender a los seres queridos, algo que no siempre se logra.

“Quizás no he compartido con la familia todo el tiempo que quiero, pero me he preocupado y ocupado por cultivar el amor, y  por  estar ahí para ellos cuando me han necesitado, un cariño que me ha sido retribuido”, expresa.

Delicada y de diálogo profuso es la doctora Iris, como muchos la llaman. Ella está consciente de los enormes retos que enfrentarán quienes resulten electos diputados.

“Esta legislatura tendrá lugar en un contexto complejo, porque será la primera sin la presencia física del Comandante en Jefe Fidel Castro, y marcará el traspaso de la dirección histórica de la Revolución a las nuevas generaciones de cubanos, por tanto los que resulten electos tienen que estar preparados para los desafíos que ello implica”.

Betancourt Téllez resaltó que las cualidades que no deben faltar en quienes asuman el encargo de ser diputados son la fidelidad a la Revolución, al Partido Comunista de Cuba, y a Fidel, así como el compromiso con el pueblo.

Con  su sencillez acostumbrada se declaró dispuesta a asumir cualquier tarea encomendada,  porque considera que es esa  la mejor forma de agradecer todas las oportunidades brindadas por la obra humanista en el país desde 1959.

“Si no hubiera sido por la Revolución, una persona como yo: hija de campesino, negra, pobre y mujer, jamás hubiera podido estudiar y menos ocupar un puesto en la Asamblea Nacional del Poder Popular”.

Con estas certezas y llena de regocijo por su nueva nominación, espera Iris por la decisión del pueblo en las elecciones del próximo día 11, cuando más de 631 mil granmenses ejercerán el derecho al voto para elegir a los delegados a la Asamblea Provincial del Poder Popular y diputados, por este territorio, al Parlamento Cubano.