“La Guerrilla se lleva en la sangre”

Yamisleidis Reyes Beltrán no es solo actriz y directora artística, es la principal continuadora del proyecto fundado por su padre, la Guerrilla de Teatreros, que en el mes de marzo iniciaron la celebración por el aniversario 25 de su fundación.
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Por Zeide Balada Camps | 25 abril, 2016 |
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Foto Luis Carlos Palacios Leyva
FOTO / Luis Carlos Palacios Leyva

No es la primera vez que conversamos, su voz pausada y dulce transmite la calidez que desborda en el trato. Yami, como le dicen cariñosamente familiares, amistades y compañeros de trabajo, comparte, igual que su padre René Reyes Blázquez, el compromiso de laborar por los menos favorecidos. Su convicción es tremenda y la manifiesta no solo en palabras, también en la emoción cuando evoca las travesías en la Sierra Maestra.
Yamisleidis Reyes Beltrán creció profesionalmente viendo a su padre al frente del proyecto sociocultural  Guerrilla de Teatreros, que comenzó de manera empírica pero que con el tiempo diseñó su dinámica de trabajo. Al iniciar las celebraciones por el aniversario 25, reflexiona y recorre la huella del grupo en ese período.

Narra que al principio no había un plan definido, varios grupos se unieron para llevar, en medio del Período Especial, una programación artística a zonas de difícil acceso, en desventaja social y geográfica.

“El grupo de teatro callejero Andante, el guiñol Pequeño Príncipe estuvieron entre los iniciadores. Se unieron para salvar aquello que casi era imposible, por eso eran los locos de la profesión, o los eternos quijotes, en el sentido de querer irse para las montañas cuando no había transporte ni recursos”, comenta.

Entonces, su padre tomó la experiencia adquirida en las brigadas Juan Marinello y otras que se realizaron en la montaña para fundamentar su sueño.

“Luego se implementaron talleres de formación y capacitación, de acciones con los niños y los jóvenes. Llevaron teatro de títeres, pantomimas, obras dramáticas, pero los diagnósticos nos han aportado un material vivo para lo que hoy podemos hacer y llevar.

“Trabajamos con las fuentes de producción que tiene el campesinado, esas obras de escritores tanto reconocidos como de la provincia. Descubrimos que no solo les interesa ver piezas y bailes típicos de sus lugares originarios, sino de autores universales y de otros contextos del país”, afirma.

La interrelación directa en escenarios disímiles, bajo árboles o a cielo abierto, les ha permitido adaptarse, pero esa experiencia no solo transforma a la Guerrilla, sino a otros invitados que se han sumado en diferentes momentos.

“Hay que hacer espectáculos muy flexibles, que los actores puedan adaptarse a las condiciones del lugar, a los animales que interrumpen las acciones dramáticas, eso es también un aprendizaje para el actor que llega a la montaña y para los músicos que han compartido, como es el caso del Coro Profesional de Bayamo, que quiso repetir la experiencia, y se percató de cuanto crece el artista”.

Muchos identifican al proyecto solo con su parte artística, pero este grupo es más que eso, para orientar la iniciativa han adquirido herramientas en la gestión de proyectos, se han convertido en promotores de salud y por la preservación del medio ambiente, además de ser puente entre la Sierra y el llano.

“Si hoy pudiéramos resumir algunos de sus aportes este sería uno, ese vínculo con las familias de las comunidades, de ser comunicadores y receptores de sus inquietudes y problemáticas cruciales para la convivencia”, subraya.

Yamisleidis habla con tal sentido de pertenencia que no puedo pensar en que, si es hija de René y no podía ser de otra manera, pero al escucharla comprendo que esos lazos que la unen al grupo son más amplios.

“Cuando digo que la Guerrilla se lleva en la sangre no solo me refiero a mí que soy la hija de René, y otros que han estado en la Guerrilla y son de la familia, sino porque hay que vivirlo, sentirlo, es querer compartir con los pobladores, el día a día allá es duro, tienes que sentirte comprometido ya sea con los ideales, principios, o con una voluntad de hierro de querer aportar.

“Uno dice, ¿a qué vine cuando nací, cuando me formé, y ¿he aprendido herramientas para qué?,  yo pienso el que quiera compartir un recorrido está dando algo a otro ser humano, que sí lo necesita, y está demostrado que sí lo necesita no solo por alegrarse, sino porque le cambiamos el día. La experiencia de vida es muy significativa.

“Primero está la voluntad y después que tú quieras ser un buen artista, ahora tenemos gente que se nos une a la experiencia, es formidable. Ahí está lo singular de la Guerrilla, en comparación con proyectos del territorio y de otros países”.

En su diálogo se levantan imágenes y anécdotas del recorrido tradicional en el mes de marzo. Uno pudiera pensar que si es tan difícil, por qué vuelven.

“Es que la Guerrilla vive y piensa a partir de la gente a quien favorecemos directamente y somos beneficiados por esas personas que nos reciben.

“En las salas de teatro tú esperas los aplausos, allá ese momento es diferente, es la mirada de la gente, ese contacto humano, los rostros risueños, tan expresivos, eso se vuelve hermoso, y entonces se te olvidó si no comiste en la noche, o en el día, o tuviste que caminar demasiado. El contacto humano es lo que hace que tú quieras repetir la experiencia.
Durante estos 24 años los integrantes han cambiado, a veces no es tan sencillo renovar los miembros, más cuando faltan las condiciones apropiadas para crear.

“Para los jóvenes es muy complejo integrarse, el que nunca ha convivido y no tiene la experiencia es probable que no se anote para integrar la plantilla, nos pasa con los alumnos en las escuelas, es muy difícil que uno, por voluntad, quiera venir.

“No tenemos un espacio físico para trabajar nuestras obras, se hace complicado, somos itinerante también en la ciudad, eso nos obstaculiza ensayar, no tenemos recursos para permanecer en la montaña, son salarios bajos, no se nos paga condiciones anormales”.

Para Yami y otros integrantes, este colectivo es un tipo de escuela diferente, que permite dominar el trabajo comunitario. Sin embargo, esa característica no les ha quitado la oportunidad de hacer teatro de sala, reconocido en otros espacios.

Mientras la escuchaba fue inevitable preguntarle, ¿tienes tu propia definición de la Guerrilla de Teatreros?

“La Guerrilla tiene que ver mucho con los principios revolucionarios, un alto militar nos decía ustedes son los héroes de hoy, lo que hacemos es Revolución, está sobre las bases martianas, lo fundamental es hacer cultura donde tengamos sea necesario.

“Es voluntad, tenacidad, y sobre todo amar al ser humano, amar al prójimo, querer aportar en el momento que vives”.

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