Con la retirada el seis de agosto de 1958 de las últimas fuerzas del ejército de la tiranía con posiciones en Las Mercedes, quedaba derrotada así la ofensiva enemiga denominada Plan FF ( Fin de Fidel o Fase Final), iniciada el 20 de mayo contra el territorio liberado.
Este descalabro, después de 76 días de incesantes combates, significó un viraje estratégico en el curso de la guerra de liberación y el inicio de una nueva y última etapa, caracterizada por la extensión de la lucha armada a todo el país y el desencadenamiento de la ofensiva general conducente a la victoria total del ejército.
Consecuente con la nueva situación, el Comandante en Jefe Fidel Castro da las órdenes para crear las columnas invasoras que tendrán como destino final llevar la guerra a las provincias de Las Villas y Pinar del Río y darle cohesión a las fuerzas que operaban en el resto de la nación.
A su paso las tropas invasoras también debían organizar unidades de combate locales con los hombres que se incorporaran y, en dependencia del armamento que se ocupara al enemigo, establecer frentes permanentes y implantar en el territorio liberado las normas administrativas, judiciales y demás disposiciones de la Comandancia General del Ejército Rebelde.
En la zona central de Cuba las columnas invasoras tenían la misión de unificar las fuerzas que allí operaban, creando así un poderoso ejército que respondiera a un mando único.
Para la realización de estas misiones era necesario la selección de combatientes experimentados, de una elevada moral combativa y confiabilidad política, por lo que el Comandante en Jefe Fidel Castro, escogió a dos jefes probados en los rigores del combate y que habían hecho gala de su capacidad e inteligencia: los Comandantes Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara.
El 10 de agosto, en Las Mercedes, Sierra Maestra, Fidel se reunió con ambos jefes guerrilleros, para ultimar detalles específicos sobre la formación de las columnas, su partida y las misiones que debían cumplir.
Ocho días después, el Comandante en Jefe redactaba las órdenes correspondientes: “ La Columna No. 2, Antonio Maceo; que así se denominará la fuerza invasora en homenaje al glorioso guerrero de la independencia, partirá del Salto el próximo 20 de agosto de 1958” La columna quedará bajo el mando de Camilo y estará integrada por 92 hombres con 82 armas, al propio tiempo le señalaba como destino la occidental provincia de Pinar del Río.
La orden de creación de la “Columna No. 8, Ciro Redondo” precisaba: “ Se asigna al Comandante Ernesto Guevara la misión de conducir desde la Sierra Maestra hasta la provincia de Las Villas una columna rebelde y operar en dicho territorio de acuerdo con el plan estratégico del Ejército Rebelde”. La columna contaba con 140 hombres y 130 armas.
Más adelante señala la partida de esa fuerza entre el 24 y el 30 de agosto y nombra al Che, “ …Jefe de todas las unidades rebeldes del Movimiento 26 de Julio que operan en Las Villas, tanto en las zonas rurales como urbanas…y de organización con otras fuerzas revolucionarias en esa misma provincia, las que deberán ser invitadas a integrar un solo cuerpo de Ejército para vertebrar y unificar el esfuerzo militar de la Revolución.
Las inclemencias del tiempo impidieron a Camilo partir en la fecha señalada, haciéndolo el 21, del Salto. La tropa del Che salio del Jibaro, a unos seis kílómetros del poblado de Las Mercedes, el 31 de agosto, y llegó a la orilla crecida del Río Cauto el primero de septiembre, al día siguiente, a las nueve de la noche, una parte cruzó; y el tres de septiembre, lo hizo el resto, dando inicio a la proeza que hasta entonces solo pertenecía al legendario Antonio Maceo.
Ambas columnas cumplieron sus misiones, venciendo el hambre, el frío, el acoso enemigo constante, sin la protección de las montañas. La columna No. 2, no tuvo necesidad de llegar hasta la región occidental del país pues la tiranía se derrumbó el Primero de Enero, cuando las fuerzas revolucionarias completaban la rendición del enemigo en la región central de la Isla.
Sobre el hecho, Fidel expresó: “ Y fue en esas circunstancia en que se organizaron dos columnas, una al mando de Camilo y otra al mando del Che, equipadas con las mejores armas que podíamos disponer, y que realizaron lo que verdaderamente se puede considerar una proeza; partiendo de la Sierra Maestra, avanzaron hacia el oeste, hacia la provincia de Las Villas, a través de unos 500 kilómetros de territorio llano y muchas veces poblado.”