Manzanillo. – Llega todos los días a su centro laboral cuando la mayoría de los residentes en esta costera ciudad de Granma duerme y los primeros rayos de sol no asoman aún entre las montañas de la Sierra Maestra.
Bebe un sorbo de café, prende un cigarrillo y “le pasa” la mano a su compañera y sostiene un pequeño diálogo sobre cualquier tema con los colegas en la base de ómnibus Ángel Alega Lorente, centro al cual llegó hace casi una década como chofer profesional.
Así, invariablemente, inician los días para Rodolfo Lescaille Vela, un hombre que hace de su trabajo amor permanente sazonado por el carisma y la entrega cotidiana con cuidado detrás del volante de su Diana 06 – 208, de la ruta Manzanillo – Niquero, y lo convierten en unos de los mejores entre sus colegas.
“Antes estuve como chofer profesional en la fábrica de acumuladores 20 aniversario de la Revolución, hasta que hace ocho años me incorporé aquí.
“Mis primeras funciones fueron en la ruta 31 del servicio urbano entre el hospital clínico Celia Sánchez y el Infantil Hermanos Cordové, después en el “tractobus” de la ciudad del Golfo a Bayamo, hasta que hace casi dos años estoy viajando para la localidad de Niquero desde las seis de la mañana, dos veces por día en las que traslado casi a mil personas.
“La carretera hoy es muy compleja, no solo por sus condiciones, más bien por la irresponsabilidad de muchos al conducir cualquier tipo de vehículos, muchas veces no respetan las leyes del tránsito y eso es fatal para un chofer, hay que manejar con precaución. Esa ha sido la clave para que yo no haya tenido ningún accidente en todos estos años.
“Este es mi trabajo, es como si fuera mi casa y la guagua tengo que cuidarla como a una novia: limpia, reluciente, quererla como de uno.
“Trabajar con las personas es complejo porque nunca se queda bien. Es como tú dices: nunca estoy molesto, porque si te incomodas no permaneces atento a lo que haces. Cuando el ómnibus viene lleno no te puedes ir, pero si traigo capacidad, ten por seguro que nadie se queda, compay.
Usted cuida mucho los neumáticos y la batería de su equipo…
“Sino lo cuido no gano, por lo tanto, siempre estoy arriba del más mínimo detalle que tenga la guagua; permanezco al tanto de los baches para esquivarlos y así evitar que las gomas se afecten. Hay muchos choferes que vivimos “enamorados” de nuestros carros, es como la mujer: quererla y cuidarla.
“Este es un carro que le ofrece servicio a la población y debemos estar conscientes de las limitaciones con el combustible y los equipos, piezas y partes como consecuencia del recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos a Cuba. Eso obliga a que todos contribuyan a cuidar las guaguas para alargar su vida útil.
“Los transportistas manzanilleros estamos muy felices por la sede del 26 de julio para nuestro territorio y para la provincia de Granma. El compromiso es trabajar cada día con mayor eficiencia, calidad y abrirse paso con seguridad y confianza”, cerró Lescaille nuestro diálogo.