La operación del ‘hombre árbol’ logra un resultado mejor del esperado

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Por El País (España) | 22 febrero, 2016 |
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Abul Bajandar, el Hombre árbolLa madre de Abul Bajandar ha vivido toda la mañana de hoy agarrada a la barrera metálica que separaba a los curiosos y a la prensa del quirófano en el que su hijo, conocido en Bangladesh como el hombre árbol, se ha sometido a la primera operación quirúrgica para retirar las impresionantes verrugas que han crecido en sus extremidades por culpa de la epidermodisplasia verruciforme que sufre desde los 15 años. Y no ha podido contener el llanto cuando uno de los médicos que ha realizado la operación ha anunciado el éxito de la misma.

Es más, los doctores han ido mucho más allá de lo esperado. “Teníamos intención de liberar únicamente los dedos pulgar e índice de la mano derecha, que eran los menos afectados por la enfermedad y que le darían un 60% de movilidad, pero hemos decidido continuar porque se daban buenas condiciones para ello. Al final hemos liberado un 80% de la mano, incluidos los cinco dedos”, ha comentado a EL PAÍS uno de los cirujanos, apellidado Byapari. “Abul está de muy buen humor tras la operación, y ahora tenemos que esperar tres semanas para ver cómo evoluciona y decidir si continuamos trabajando de la misma forma con el resto de extremidades”, ha añadido el director del comité médico seleccionado para tratar el caso, Samanta Lal Sen.

Las dos horas de operación han transcurrido de forma tan distendida que muchos de los miembros del personal médico han posado en numerosos selfies. Por su parte, Bajandar ha recibido anestesia local y ha estado consciente durante el proceso quirúrgico. “No tengo más que palabras de agradecimiento hacia el gobierno de Bangladesh, que ha decidido ofrecerle a mi hijo este tratamiento tan complejo de forma gratuita. Solo espero que pueda volver a ser una persona normal dentro de pocos meses. Que recupere la movilidad y pueda encontrar un trabajo”, ha afirmado su madre entre sollozos de alegría.

No obstante, también se han oído críticas entre los curiosos que se han acercado. Entre ellos había numerosos pacientes que denunciaban el trato de favor que está recibiendo Bajandar, “solo porque la prensa se está ocupando de él y sirve de propaganda política”. Uno de ellos incluso ha conminado a los periodistas a visitar el resto del Hospital Universitario de Dacca, la capital del país. Efectivamente, las condiciones en las que se hacina la mayoría de pacientes son terribles. Bajandar, sin embargo, cuenta con una habitación exclusiva para él y para su familia.

Es el resultado feliz del impacto mediático que ha recibido el caso, el cuarto que se conoce en el mundo y uno de los tres que están vivos. De hecho, todo comenzó cuando la agencia de noticias AFP se hizo eco de su historia, cuya repercusión se sintió en todo el mundo. Poco después, el Gobierno decidió hacer una excepción, ya que la familia de Bajandar no puede pagar el tratamiento, y costear las diversas operaciones requeridas para eliminar las verrugas, cuyo peso supera los cinco kilos. Hoy, incluso la primera ministra del país, Sheikh Hasina, ha sido informada del resultado de la operación, y todos los canales locales han ofrecido la noticia, incluso con conexiones en directo. Sin duda, las buenas noticias no abundan en Bangladesh.

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El ‘hombre árbol’: “Mi sueño es volver a trabajar y jugar con mi hija de 3 años”

Por EFE

El conocido como “hombre árbol” de Bangladesh dijo hoy soñar con volver a trabajar para ayudar a su familia y tener una vida normal, tras ser operado por primera vez de una extraña enfermedad con la que ha desarrollado pesadas verrugas con forma de corteza de árbol en manos y pies.

Tengo mucho dolor en el brazo, pero estoy bien y estoy contento. Quiero volver a tener una vida normal”, declaró a Efe Abul Bajandar, de 26 años, en la habitación del Hospital Universitario de Dacca en el que se encuentra ingresado.

Acompañado de su madre, esposa e hija de 3 años, Bajandar admitió no haberse enterado apenas de la operación que un equipo de nueve especialistasrealizó ayer durante unas tres horas para limpiar su mano derecha de verrugas y que fue calificada como un “éxito” por el centro médico.

Según el doctor Samanta Lal Sen, coordinador de la unidad de quemados y cirugía plástica del hospital, el paciente se someterá a pruebas y análisis durante las próximas tres semanas antes de regresar a quirófano para ser operado en el resto de sus extremidades.

“Ahora solo pienso ya en el siguiente paso. Mi sueño es volver a trabajar para ganarme la vida, salir con mis amigos, jugar con mi hija”, explicó el joven, tumbado en la camilla y con un aparatoso vendaje en el brazo derecho.

Las verrugas empezaron hace una década a inutilizar poco a poco las manos y pies de Bajandar, oriundo de una pequeña aldea de la provincia meridional de Khulna y que fue ingresado a finales de enero en el centro médico de la capital bangladesí.

La dolencia, epidermodisplasia verruciforme, es una enfermedad no contagiosa de la que apenas se conocen unos pocos casos en todo el mundo y que a priori no tiene cura, por lo que el cuerpo médico cree que las verrugas reaparecerán al cabo de un tiempo.

En todo caso, la familia de Bajandar se mostraba esperanzada hoy con elcambio que puede experimentar su vida a corto plazo.

“Hemos sufrido mucho. La gente le ignoraba e insultaba en el pueblo. No podía hacer nada. Ni siquiera matar un mosquito que se posase en sus manos”, relató su madre Amena.

Seis meses hospitalizado

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Amena agradeció el “buen trato” recibido en el hospital, al que se han desplazado “entre 200 y 300 personas cada día” para mostrar apoyo a Bajandary en el que ayer, durante la operación, se congregó mucha gente expectante a pesar de no poder visitarle.

La madre deseó que su hijo pueda volver a trabajar conduciendo bici-carros de transporte de mercancías, algo que hizo durante un tiempo hasta que el estado avanzado de la enfermedad se lo impidió y le obligó a mendigar para ganar dinero.

Bajandar, más cauto y al que los médicos han comunicado que deberá estar“unos seis meses” hospitalizado, opinó que no resultará sencillo desempeñar trabajos “de fuerza” y dijo verse en un futuro cercano como dueño de una pequeña tienda u otro negocio.

El camino de la familia hasta llegar al principal hospital público de Dacca, donde es operado a coste cero, ha sido una odisea en la que se han gastado más de 200.000 takas (2.551 dólares) en tratamientos: desde homeópatas en el pueblo hasta varias visitas a médicos en la ciudad india de Calcuta en el último lustro.

“Estamos felices, pero hay que esperar a ver qué pasa”, expresó a Efe Halima, su esposa.

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