Narciso Portuondo Pérez, santiaguero de nacimiento, es hoy un bayamés por convicción y por méritos ganados, que exhibe en su pecho con orgullo la Medalla 28 de Septiembre, distinción que otorgan los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) a sus miembros más consagrados.
Es también uno de los pobladores de la suroriental provincia cubana de Granma condecorado recientemente, a propósito del aniversario 56 de la mayor organización de masas del país, este 28 de septiembre.
La conversación con este educador por muchos años, hoy trabajador por cuenta propia, es fluida y amena.
“Comencé a relacionarme con los CDR –explica- en mi tierra natal, El Cobre, provincia de Santiago de Cuba, cuando tenía 20 años. En 1967 me traslado para Bayamo y me captan para dirigir en el distrito que abarcaba desde La Guariana hasta El puente, posteriormente me hacen coordinador de la zona 18.
“Viví en varios repartos de la ciudad, hasta que en 1990 me mudé para la calle Milanés, allí ocupé cargos de organizador, ideológico y desde hace 10 años soy coordinador de la zona, la cual es actualmente Vanguardia nacional, condición ganada desde el año anterior”.
Portuondo Pérez ha encontrado la forma de aglutinar a las masas, de hacer que lo sigan y lo hagan con entusiasmo, para ello, ha hecho crecer su talento e iniciativas.
“Mensualmente –afirma- desarrollamos una actividad denominada Encuentro con la historia, en la cual analizamos la fecha más importante del mes y en dos áreas de la zona los cederistas debaten sobre el tema.
“Tenemos organizada la guardia, aunque el mayor problema se nos da en el segundo turno, que es de 1 a 4 de la madrugada, porque se hace solamente alrededor del 60 por ciento; se cumple la cotización, está completo el ejecutivo, se realizó el plan de donaciones de sangre, estamos libres de robos en la zona desde hace más de tres años, garantizamos la limpieza y embellecimiento y las tareas de higienización para combatir el mosquito Aedes aegypti.
“Entre nuestros logros también podemos señalar el funcionamiento sistemático del CDR infantil y tener el 95 por ciento de integración.
“Dirijo 15 CDR y 975 cederistas, y puedo asegurar que el trabajo es complejo, porque no todo es color rosa, pero hemos aprendido algo, si nos proponemos tareas y les dedicamos tiempo a las actividades, lo logramos.
“Tenemos una unidad muy estrecha, entre los cederistas y con las demás organizaciones, porque sabemos que ese es el baluarte más importante para luchar contra las adversidades, lo cual nos permite tener un trabajo mancomunado”.
Al indagar sobre el aporte de su experiencia como educador a esta tarea, dice:
“Como educador debo conocer bien la historia y eso me ha servido para el trabajo ideológico y educativo, porque somos educadores en todos los lugares donde estemos. Esos valores que debemos crear en los estudiantes son los mismos a inculcar a los cederistas.
“Ser vanguardias en la emulación indica que hemos sido consecuentes con la historia de nuestra provincia, porque como dijera Fidel no se puede escribir la historia de Cuba sin la historia de Granma y que hoy esté en los primeros lugares es un motivo de satisfacción para mantener esa condición por muchos años.
“Antes de concluir deseo recordar a todos que los problemas debemos enfrentarlos juntos y sin temores, porque la Revolución somos todos y si nos unimos vamos a salir de una serie de problemas mucho más rápido”.