Aunque los Juegos olímpicos Tokio 2020 quedaron pospuestos, tentativamente, para el verano del próximo año, debido a la tensa situación sanitaria que atraviesa el mundo, Cuba no renuncia al propósito de brindar una buena demostración en predios del Sol naciente.

De hecho, el objetivo de ubicarse entre los 20 primeros países, se antoja ambicioso, pero parece alcanzable, además de lógico, atendiendo al escaño 16 que ocupa en el medallero histórico (77-69-74).

Esas pretensiones distan bastante de las que llevaban nuestras delegaciones a las citas estivales algunos años atrás, aunque todavía retumban innumerables hazañas, que ni el tiempo ha borrado.

En ese obligado recuento de la Cuba olímpica y revolucionaria, se torna casi interminable la lista de protagonistas, que abrió el velocista Enrique Figuerola, con su metal de plata en los 100 metros planos de Tokio 1964.

De todos modos, hay quienes prefieren quedarse con los tres títulos consecutivos que conquistaron al unísono Las Morenas del Caribe y el boxeador Felix Savón (Barcelona 1992, Atlanta 1996 y Sydney 2000), aunque no fueron los primeros.

Antes lo había logrado el pugilista Teófilo Stevenson (Munich 1972, Montreal 1976 y Moscú 80); mientras, el luchador del estilo greco, Mijaín López (Beijing 2008, Londres 2012 y Río 2016), podría ganar cuatro coronas al hilo, si sube a lo más alto del podio en tierras japonesas, donde debe decir adiós a los colchones.

Otras actuaciones descollantes también forman parte de la rica historia que ha escrito la Mayor de las Antillas en justas bajo los cinco aros. Cómo olvidar a la jabalinista María Caridad Colón, primera campeona de Latinoamérica; al grequista Filiberto Azcuy, doble monarca; o a la yudoca Driulis González, con cuatro preseas, desempeño al que se acerca su homóloga Idalys Ortiz.

DEL ESTRENO EN SYDNEY Y ALGO MÁS

Los atletas de Granma, además, han conseguido faenas decorosas, entre los que sobresalen el único titular, el beisbolista niquereño Manuel Vega Tamayo, y la yudoca Daima Beltrán Guisado, quien estrenó el casillero de las medallas en la urbe australiana, antes de repetir en la capital griega.

La Pistola Vega integró la selección nacional que recuperó el trono en Atenas 2004, cuando se codeaba entre los lanzadores más veloces del archipiélago.

Por su parte, la fornida medialunera preservó la tradición cubana en la categoría superpesada, mientras coqueteaba con el oro, que le fue esquivo en ambas ocasiones, al caer en los combates finales.

Precisamente, la cuna del olimpismo mundial trasciende como el escenario donde los representantes granmenses alcanzaron la mejor actuación de la historia (1-2-0), lo que parece imposible igualar, al menos, por el momento; allí también se colgó la presea plateada la taekwondoca manzanillera Yanelis Labrada Díaz.

El pelotero Alfredo Despaigne Rodríguez y el pesista Iván Cambar Rodríguez se encargaron de mantener a la provincia en el podio olímpico, hasta quedar trunca la seguidilla en Río 2016.

Despaigne, el atleta más reconocido del beisbol cubano de los últimos años, aportó a la obtención del segundo lugar en Beijing 2008, cuando aún no había explotado totalmente en el mundillo de las bolas y los strike.

Entretanto, el riocautense Cámbar agarró un bronce impensado en Londres 2012, certamen en el que rozó sus mejores registros personales, a pesar de las constantes lesiones y las visitas al quirófano, que pusieron en peligro su permanencia sobre las plataformas.

Y aunque a esas cuatro ediciones consecutivas de Juegos olímpicos se limita la presencia granmense en el podio, tiempo después de su despedida, la balista Misleydis González Tamayo disfrutó el sueño de convertirse en medallista, para fijar el botín en siete preseas (1-5-1).

Luego de una larga carrera con resultados estables, la esbelta bayamesa escaló al segundo puesto de la lid efectuada en Beijing, al confirmarse el dopaje y, por ende, la descalificación de las bielorrusas Natalya Mikhnevich (plata) y Nadezhda Ostapchuk (bronce), dos de las más enconadas rivales que enfrentó en el concierto internacional.

De esa manera, González alcanzó lo que parecía una quimera y con la mejor marca de su vida, 19.50 metros, que le había reportado un cuarto lugar en la final de la especialidad, con sede en el bien llamado Estadio Nido de pájaro.

Así se resume la actuación granmense en citas estivales, mientras se presagia que asista a la próxima aventura con la menor representación de las últimas versiones.

De momento, solo las manzanilleras Arlenis Sierra Cañadilla (ciclismo) y Marcia Videaux Jiménez (gimnasia artística) aseguraron presencia en sus segundos Juegos y, al igual, que los restantes clasificados, intentan -desde el aislamiento social- mantener la mejor forma física posible.