Cuando la Universidad funciona se convierte en lugar de referencia para muchas instituciones, es consultada y respetada, soluciona problemas; ese resulta el verdadero camino de las casas de altos estudios.

Tal idea fue defendida en la asamblea XI Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) de la Universidad de Granma, que tuvo lugar hoy en el teatro del Gobierno provincial, en Bayamo.

Durante la reunión, presidida por Olga Lidia Tapia Iglesias, integrante del Secretario del Comité Central del Partido, 150 militantes de esa organización debatieron temas vinculados con la superación profesional, las Brigadas Técnicas Juveniles, el papel de la militancia en el combate en las redes sociales y el vínculo de la Federación Estudiantil Universitaria con la UJC, entre otros.

«Los militantes no pueden sentarse esperar a que les den tareas, necesitan estar en primera fila, batallando», sentenció Rosa María Ramírez, presidenta nacional de la Organización de Pioneros José Martí, una de las invitadas al congreso.

La misma dirigente expuso que la UJC ha de combatir la doble moral, un fenómeno incrustado en la sociedad y muy dañino en cualquier sitio, especialmente en la Universidad, donde se forman los nuevos profesionales.

Durante el intercambio con los universitarios, Olga Lidia Tapia, llamó a los estudiantes y profesores de la casa de altos estudios a seguir aportando ideas, investigaciones y trabajo en pos del desarrollo de la provincia.