Bogotá, – El sacerdote colombiano Javier Giraldo, reconocido defensor de derechos humanos, enfatiza hoy en que la verdadera paz es fruto de la justicia.
Aquí se ha manipulado mucho el concepto de la paz, se ha infundido en la gente una idea de paz que es la tranquilidad, la resignación, donde no haya lucha, y eso no es paz. La verdadera paz es buscar que sea fruto de la justicia, declaró a Prensa Latina.
En su opinión, la raíz más profunda de la violencia en Colombia es el problema de la tierra.
Desde antes de la independencia de España, hay un problema de concentración excesiva de la propiedad de la tierra, es la mayor concentración en América Latina y de las mayores del mundo, expuso.
Giraldo mencionó, además, el problema de la democracia.
Es un país que está capturado por una élite que se lo apropió como si fuera propiedad privada de ella, puntualizó en el contexto de un homenaje al sacerdote Camilo Torres, quien cayó en combate en el año 1966.
Todas las decisiones en el parlamento y en los gobiernos se toman en beneficio de esa pequeña élite, y las necesidades de la población en general no cuentan para nada en la política nacional, subrayó.
A su juicio, “estamos en una etapa que es como un reciclamiento de la misma violencia de siempre, lamentablemente”.
En este momento hay una avalancha de empresas multinacionales extractivistas que están tratando de acaparar los recursos naturales no renovables, la minería, el petróleo y digamos que toda la economía regional y nacional está a merced de esas empresas que además están destruyendo el medioambiente, señaló.
Asimismo, añadió que las empresas mineras y petroleras están convirtiendo el país y sus ríos en algo envenenado completamente, y acaparando inclusive esos recursos que deberían estar por lo menos al servicio de las poblaciones regionales. Lo que se ve es una explotación inmisericorde de esos recursos y de las poblaciones, aseveró Giraldo.
Hemos vivido muchos años dominados por el terror, porque la represión ha sido demasiado cruel, y ha ido acabando con el sindicalismo, con las organizaciones, con los movimientos sociales, con las movilizaciones, con la protesta social, manifestó.
En este momento hay como renacimiento, en cierto modo espontáneo, de pronto con el ejemplo de otros países también de América Latina en que la población se está levantando en protesta contra la situación que es inaguantable, comentó.
Para este reconocido defensor de derechos humanos, “la experiencia de Camilo (Torres) es una luz muy grande para esto, porque Camilo eso fue lo que quiso hacer: unificar al pueblo en una protesta única, pero que fuera a lo esencial, a una conquista de unos cambios estructurales fundamentales que no permitieran la continuidad de la explotación y de la desigualdad”.