FOTO/Alina González MenéndezPor estos días en el campus Blas Roca de la Universidad de Granma no se escucha el ruido de pasos por las escaleras, el bullicio en el pasillo central y la zona de la wife se nota desolada y es que esta instalación de estudios superiores, en Manzanillo, se ha convertido en centro de aislamiento para pacientes contactos de casos positivos a la Covid-19.
En él los pacientes son muy bien atendidos por el personal médico y de enfermería, junto a varios estudiantes y profesores que apoyan el trabajo como voluntarios.
Entre ellos está Lisandra Piñeiro, talentosa joven profesora de Inglés que apoya en la zona roja y dice estar satisfecha con el trabajo que realiza. Considera que ver la sonrisa del paciente y sus agradecimientos por la destacada y esmerada atención que reciben, la hacen sentirse satisfecha y comprometida.
Por su parte Lisandro del Toro, estudiante y cooperante en zona roja, considera que el personal de trabajo es muy bueno, los pacientes están muy agradecidos por la atención que se les brinda. Para él lo más hermoso es escuchar las palabras de los pacientes agradeciendo y diciendo sentirse muy bien.
Leonel, instructor de arte, llevó su guitarra al centro de asilamiento, pero para él lo primero son los pacientes y la atención que se les debe brindar, en los momentos que le restan rasga las cuerdas para que ellas sepan que él está ahí cumpliendo con su deber.
También Yunier, joven gestor que sin mirar para qué lado estaba el peligro se brindó como voluntario y está ahí, en la zona roja, apoyando el trabajo y haciendo todo lo que sea necesario para que los pacientes se sientan bien atendidos.
Un reconocimiento especial merecen aquellas personas que también apoyan el trabajo desde la cocina, la limpieza, el transporte y la información. El campus Blas Roca seguirá brindando atención a los pacientes que lo requieran, sumando voluntarios porque en estos momento solo cabe una consigna Todo por la Vida.
Por Alina González Menéndez, comunicadora institucional de la Universidad de Granma