En el ineludible camino hacia el destierro de las erogaciones monetarias sin respaldo productivo, en Cuba, no pocos han vuelto a acordarse de la Organización del Trabajo.
Sucede, porque llevar más pesos al bolsillo, a partir de mayor producción, productividad y eficiencia general, es imposible si no se tiene en cuenta esa disciplina científica que integra a los recursos humanos con la tecnología, los medios de trabajo y los materiales, y que es elemento esencial para el ahorro de recursos, la adecuada planificación, el cálculo de las plantillas sobre bases técnicas, determinar correctamente normas, costos y precios, crear la base necesaria a los sistemas de gestión de la calidad …
Algunos especialistas, se atreven a asegurar ya que, a pesar de ser relativamente joven, la resolución 17 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social sobre los sistemas de pago, no ha adelantado más en su recorrido, entre otras razones, por las lagunas que se observan en ese sistema, entendido en definitiva como la forma de optimizar el uso de la capacidad laboral del hombre en el proceso de trabajo.
Varios de ellos nos advierten que para llegar a elevados niveles de productividad -y pueda crecer el salario medio-, es preciso realizar, como parte de la organización del trabajo, sistemáticos y permanentes estudios de las reservas en la productividad, de las diferentes actividades del proceso de producción o de servicios, para lograr su constante perfeccionamiento, aun cuando se hayan logrado en el período de examen, resultados superiores al del anterior.
La ausencia de esas prácticas, podría traer consecuencias negativas como que la distribución de la riqueza sea un ejercicio empírico, y que no se estimule el incremento de la producción y la productividad, porque los actores económicos no entiendan el papel que les corresponde para favorecer tal crecimiento, ni la relación de este con el salario que perciben.
Una discreta ojeada a 13 entidades granmenses, arrojó recientemente, que el 92 por ciento de los encuestados desconocían con exactitud, las medidas implementadas por el país para la reanimación de la empresa estatal socialista.
Lo más llamativo de ese sondeo, realizado por Amparo Borrero Sánchez, subdirectora de salario y Seguridad y Salud, en la Dirección provincial de Trabajo en Granma, es que los encuestados, eran mayoritariamente especialistas y directivos de departamentos clave, como recursos humanos y economía.
Esa suerte de trabajo final, de su diplomado en Administración Pública, dio fe, igualmente, que buena parte del personal que trabaja en el área de organización del trabajo y los salarios, no está habilitado en esa materia, lo cual puede ser causa principal de que de 31 entidades locales, solo dos han presentado modificaciones para optimizar sus plantillas.
En esas condiciones es difícil lograr que la 17 cumpla su cometido, si muchos de los encargados de llevarla a feliz término en las entidades fabriles y de servicios, tienen desconocimiento no solo sobre el asunto arriba citado sino, también, del contenido mismo de la resolución, la cual es considerada por algunos, ambigua en determinadas partes.
Teniendo en cuenta los resultados de su investigación, Borrero Sánchez, llama la atención sobre la pertinencia de que los análisis de los resultados y del salario a distribuir, se realice de conjunto por todos los factores involucrados en ese proceso, lo cual no se hace de esa manera en todos los lugares.
Lo anterior, agrega, evitaría incluso, entre otras cosas, que empresas que hoy están pagando mucho salario, lo hagan sin lograr los máximos niveles de productividad, por una base normativa del trabajo mal conformada.
¿Por qué si la estimulación es particularizada, se penaliza de forma automática y masivamente a 225 en las entidades con deterioro? ¿Por qué hay que dejar de pagar estímulo a una estructura de base que se ha esforzado en conseguir eficiencia, porque otras de su tipo han deteriorado los indicadores generales del grupo al cual se subordina?
¿Estaba contenido de esa manera en el convenio colectivo de trabajo? ¿Por qué hay entidades que además de penalizar el salario, pagan fuera de la fecha convenida?…
Esas y muchas otras interrogantes trasmitidas por los lectores a este semanario, demuestran que existen aun más desconocimientos rondando la resolución 17.
El primer preocupado en toda entidad, por cambiar ese estado de cosas, debe ser la organización sindical, encargada de que tales asuntos sean punto permanente de discusión en las asambleas de afiliados, para contribuir a que la 17 en verdad conlleve a un alza en la productividad y a la implementación de sistemas de pago con arreglo al trabajo; a impedir que se realicen pagos sin respaldos productivos, y también, a que haya despegue de la producción sin respaldo de salario.