Las fotos del segundo reencuentro

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Por Martín Corona Jerez | 18 diciembre, 2016 |
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Dos fotógrafos del mismo medio de prensa inmortalizan el momento/ FOTO Rafael Martínez Arias
Dos fotógrafos del mismo medio de prensa inmortalizan el momento/ FOTO Rafael Martínez Arias

El 2016, cuando Cuba recuerda el mítico rencuentro de Fidel con su hermano Raúl hace ahora seis décadas, es tiempo bueno para escribir acerca de fotos singulares y representativas en las cuales aparecen ambos héroes.

Quizás muchos no lo hayan notado, pero lo real es que estos hombres se abrazaron emocionados en la finca El Salvador, de la comunidad rural de Cinco Palmas, en el actual municipio de Media Luna, hacia la media noche del martes 18 de diciembre de 1956, luego de 13 días de separación forzosa en terreno desconocido y puntillosa persecución de un enemigo envalentonado y criminal.

Solo 30 años después, en la tarde del jueves 18 de diciembre de 1986, los principales líderes de la primera revolución socialista del Hemisferio Occidental volverían a estar juntos en aquel punto sagrado de las tierras del campesino Ramón (Monguito) Pérez Montano, fallecido en 1974.

Tres décadas después del primero, tuvo lugar el segundo rencuentro y su momento más emotivo se produjo de manera inesperada, cuando había finalizado la gala artística Cantata a Cinco Palmas.

En la tribuna presidencial, Fidel y Raúl volvieron a abrazarse visiblemente emocionados y el segundo, en uno de esos arranques luminosos de naturalidad, levantó el brazo izquierdo de su hermano, al tiempo que gritaba ¡¡Viva Fidel!!

Al menos una cámara de televisión grabó el acontecimiento y todavía aparece en pantalla como parte de la serie de instantes simbólicos que identifican al Noticiero Nacional de Televisión.

El 19 de diciembre de 1986, la mayor parte  de los periódicos cubanos reseñó aquel abrazo histórico, pero no publicó la instantánea, algo que haría en ediciones posteriores.

Foto Ángel Cordoví Ramos
Foto Ángel Cordoví Ramos

El entonces diario La Demajagua, de la provincia de Granma, fue la excepción, porque ese viernes mostró en primera plana las singularísimas fotos de los hermanos fuertemente abrazados, y de ambos con los brazos levantados.

Años después, la segunda de aquellas imágenes resultaría un verdadero símbolo en la provincia, de modo que la dirección del periódico la entregaba como reconocimiento a colectivos y personalidades destacados.

Había ocurrido otra coincidencia feliz, porque el 18 de diciembre de 1986, el momento mágico de Cinco Palmas quedó congelado para la historia, desde ángulos diferentes, por las cámaras de Ángel Cordoví Ramos (1947-2006) y Rafael Martínez Arias, los fotorreporteros de La Demajagua que estaban presentes.

Ambos eternizaron los segundos en que Raúl grita ¡¡Viva Fidel!! y el Comandante en Jefe, erguido, en posición de firme, tiene cerrado el puño derecho.

Las fotos publicadas aquel viernes en el rotativo las hizo Cordoví, quien estaba más cerca del escenario.

El periodista Pedro Mora Estrada, entonces subdirector del diario, cuenta que él y Martínez Arias formaban parte del equipo de prensa que acompañaba al Comandante en Jefe, en tanto Ángel Sánchez Contreras y Ángel Cordoví Ramos estaban en la comitiva del General de Ejército.

Agrega que, finalizada la cantata, la presidencia saludaba a los artistas; él y Cordoví conversaban acerca de los respectivos recorridos previos al acto en Cinco Palmas, y de momento ocurrió la escena magnífica, ante lo cual él prácticamente empujó a Cordoví para que retratara aquel abrazo.

Mora Estrada recuerda a Cordoví como un hombre noble, responsable, jaranero y esforzado en el trabajo, siempre afectuoso con la familia y los compañeros de labor.

Rafael estaba algo más alejado de la tribuna presidencial, pero vio el abrazo de los dos hermanos y casi automáticamente comenzó a accionar su equipo, según relata.

Martínez Arias es un cubano conversador, alegre, ya había vivido la experiencia de fotorreportero en la guerra de Angola, y no duda en afirmar que la mejor de sus capturas la realizó en la memorable tarde de Cinco Palmas.

Lo complace, dice, el hecho de que su buen compañero y amigo Ángel Cordoví Ramos también retratara el significativo saludo entre Fidel y Raúl.

No es solo la natural satisfacción de lograr algo bueno, sino el regocijo que se siente al demostrar que uno está en la viva, unido al placer de que un colega tuyo haga lo mismo.

Por razones fácilmente entendibles, las fotos hechas por los dos fotorreporteros de La Demajagua quedan para la historia, y no es correcto que continúen apareciendo en libros, exposiciones y otras publicaciones sin la debida identificación.

Han transcurrido 30 años de aquel éxito profesional, humano y revolucionario. Valgan estas líneas como esclarecimiento necesario y elogio merecido a dos artistas del lente.

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