Las pasiones de Nirza, joven lista para Lima

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Por Yasel Toledo Garnache | 8 abril, 2018 |
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La Dra. Nirza García Valdés, residente de cuarto año de la especialidad de Cirugía General, joven de 27 años de edad representante de la sociedad civil cubana a la VIII Cumbre de las Américas /FOTO Armando Contreras

Desde los siete años de edad soñó con ser cirujana. También sintió inclinación hacia la música de piano y el canto coral, pero eso no era tan fuerte como lo otro: el deseo de operar, salvar vidas y ver luego sonrisas de alivio en pacientes y familiares.

Nirza García Valdés, quien ya logró el título de doctora y actualmente es residente de cuarto año de la especialidad de Cirugía General, tiene siempre mucha voluntad, y nunca dice “no”, cuando alguien necesita su ayuda.

Esta joven de 27 años de edad, amante del color morado y de las canciones de Silvio Rodríguez y Buena Fe, poco a poco ha labrado un camino repleto de aplausos, como alumna, dirigente y ser humano, aunque a veces ha tenido que superar incomprensiones en forma de muros.

Podría presumir de reconocimientos como el Beso de la Patria, el sello Forjadores del Futuro, premios en concursos académicos y eventos de investigación o la condición de Mejor Graduada Integral de la Facultad de Ciencias Médicas Manuel Piti Fajardo, de La Habana, donde se encontraba por su responsabilidad en la FEU, pero prefiere resaltar esa sana satisfacción de ser útil y esforzarse siempre al máximo.

Oriunda de la ciudad de Bayamo, esta muchacha, capaz de conversar durante varias horas sobre temas diversos, será una de las dos granmenses que participarán en uno de los foros paralelos a la Cumbre de las Américas, que se efectuará en Lima, Perú.

Ella habla con fluidez sobre su propósito de poner en alto las conquistas de Cuba y especialmente de los profesionales de la salud, como muestra de la grandeza de una obra social, que tiene a las personas como lo más importante.

“Los espacios de la sociedad civil en el marco de la Cumbre se realizarán en un contexto difícil, en el cual resulta esencial la inteligencia y unidad de los pueblos, para evitar la expansión del neoliberalismo y hacer realidad todos los sueños de gigantes como Fidel Castro y Hugo Chávez”, agrega quien dice sentir el dolor de otros como suyo, motivo por el cual suele estar al lado de pacientes hasta durante la madrugada.

Añade que los cubanos enarbolarán en Lima los argumentos, la decencia, el valor y el orgullo de representar a una nación con un simbolismo enorme, la cual jamás renunciará a sus logros ni sueños.

La conversación transcurre entre risas, anécdotas y un brillo especial en la voz y el rostro de esta doctora, con el encanto de dominar el bisturí y las palabras. A veces, sube el tono, recuerda momentos de su etapa como miembro del Secretariado Nacional de la Federación Estudiantil Universitaria, hace breves silencios, y continúa.

Poco a poco, surge una pantalla imaginaria cerca de nosotros, y la vemos cuando pequeña casi siempre leyendo, luego en la escuela primaria con su uniforme impecable, participando en matutinos y, más tarde, como oradora en tribunas abiertas por el regreso del niño Elián González y en otros espacios para exigir la liberación de los Cinco Héroes, prisioneros en ese entonces en cárceles de Estados Unidos.

Según asegura, estaba tan sumergida en los libros y sus “cosas”, que tuvo su primer novio a los 19 años. Abro los ojos un poco más de lo habitual, y lo confirma: “sí, a los 19”, y suelta una carcajada.

Después, añade que es exigente en eso, y concatena una serie de pensamientos feministas, adornados con sus gestos y cierto énfasis, por lo cual entonces soy yo quien sonríe. Un silencio, y seguimos.

Nirza, quien también asistió a un Foro Mundial de la UNESCO en París (2011) y a un encuentro de la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (OCLAE), en Bogotá (2013), habla de su madre, Idenia Valdés Riquenes, como de un sol, uno de sus paradigmas como revolucionaria y mujer.

“Quiero ser como ella, siempre me enseña mucho, tiene el don de la firmeza y la tranquilidad para encontrar la luz en medio de los problemas. “A veces, es el hombro donde lloro y el pañuelo que seca mis lágrimas. Nos educó a mí y a mis dos hermanos de la mejor manera, a pesar de ser soltera”, dice con admiración quien tiene como canción preferida La Bayamesa, compuesta por Francisco Castillo Moreno, Carlos Manuel de Céspedes y José Fornaris.

También menciona a su abuela Virtudes Nirza González Olivera, fallecida hace algún tiempo, quien participó en la lucha clandestina y la Sierra Maestra, a sus hermanos Saúl, alumno de cuarto año de Medicina, y a Dalmis, abogada. Luego a otras personas que han sido fuente de conocimientos y cariño, incluidos profesores y amigos, como los doctores María Julia Ojeda, Andrés Lorenzo, Ramón Villamil y Aníbal Ramos.

Nirza, enamorada de la historia de El Principito, escrita por Antoine de Saint-Exupéry y publicada en 1943, expresa su anhelo de crecer hasta el cielo en la cirugía pediátrica y de mínimo acceso, para lo cual estudia cada día.

Amante de los retos y la creatividad, esta joven soñadora con los pies bien puestos sobre la tierra, destaca la importancia de cautivar a los jóvenes con el aprovechamiento de sus códigos y las potencialidades de cada tiempo, sin traicionar jamás las esencias.

Al final, conversamos sobre otros temas, y nos despedimos. Ella vuelve a los textos y la computadora, pues a finales del actual mes deberá enfrentarse a un difícil examen para optar por el título de Especialista de Primer Grado en Cirugía General, en el hospital Celia Sánchez Manduley, de Manzanillo, una institución hacia la cual siente cariño, respeto y gratitud.

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