Hoy los cubanos no acudiremos desde horas tempranas, como hemos hecho en años anteriores, a llenar avenidas, calles principales y plazas de las capitales provinciales y de la nación, para celebrar con alegría el Día Internacional de los Trabajadores.
Para evitar posible contagio con el microscópico virus SARS-CoV-2, causante de la peligrosa enfermedad respiratoria aguda Covid-19, festejaremos la efeméride en casa, con nuestras familias.
Aunque el advenimiento de cada 1 de mayo es más que suficiente motivo para recordar cuál es el origen de que fuera declarado Día del Proletariado Mundial, en esta ocasión se le puede añadir el quedarnos en el hogar debido a la actual situación epidemiológica.
Convocados por organizaciones obreras y sindicales de Chicago, Estados Unidos de Norteamérica, unos 200 mil trabajadores iniciaron, el 1 de mayo de 1886, una huelga en reclamo de la jornada laboral de ocho horas, las que continuaron en las fechas siguientes.
La represión policial fue violenta, el día 4 un desconocido lanzó un artefacto cuya explosión causó la muerte a un agente del orden y heridas a varios de ellos. Los policías, por su parte, dispararon a los manifestantes y asesinaron a varios. El hecho es conocido como la revuelta, en unos casos, y la masacre, en otros, de Haymarket Squar.
La prensa local de entonces acusó, sin prueba alguna, a ocho anarquistas y a distintos representantes del movimiento sindical obrero, participantes en las manifestaciones.
En amañado juicio, como el realizado a nuestros Cinco Héroes 114 años después, fueron sancionados a la pena de muerte por ahorcamiento, el tipógrafo George Engel, el carpintero Louis Lingg, los periodistas Adolf Fischer, August Vincent Theodore Spies y Albert Parsons, quien, fue demostrado después, no estuvo en el lugar de los hechos.
El obrero textil y pastor metodista Samuel Fielden, fue condenado a cadena perpetua, al igual que el tipógrafo Michael Schwab, mientras que el vendedor Oscar Neebe recibió 15 años de trabajos forzados.
En su alegato de defensa, Michael Schawab: denunció una realidad que para muchas personas en el mundo, tienen hoy plena vigencia: “Si nosotros calláramos hablarían hasta las piedras. Todos los días se cometen asesinatos, niños son sacrificados inhumanamente, las mujeres perecen a fuerza de trabajar y los hombre mueren lentamente, consumidos por su rudas faenas y no he visto jamás que las leyes castiguen los crímenes”.
Y August Spies, momentos antes de ser ejecutado, gritó: “La voz que van a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora”.
Ese es el origen del Día del Proletariado Mundial en muchos países, en unos para pedir reivindicaciones laborales, en otros, como el nuestro, para festejar las conquistas de los trabajadores y del pueblo todo, a partir del triunfo de la Revolución cubana, el 1 de enero de 1959.
En Estados Unidos no celebran el Día de los Trabajadores el 1 de mayo, sino el primer lunes de septiembre.
El escritor Eduardo Galeano destacó que en Chicago no hay un monumento que recuerde los sucesos de Haymarket Squar y sus víctimas, pero la voz de August Spies no ha sido sofocada y como aseguró Michael Schawab, cuando de injusticias se trata, hasta las piedras hablan.