La esencia de ese llamado radica en que es necesario dejar atrás las campañas antirrusas y la rusofobia, realizada en detrimento, incluso, de intereses nacionales europeos, y volver a una pragmática cooperación bilateral, consideró Lavrov.
El ministro ruso fustigó los intentos de un grupo de países de acomodar para sí un orden mundial que de ninguna forma podía ser eterno.
Siempre nuestra política exterior abogó por la buena vecindad y en varias ocasiones propusimos, como potencia europea que somos, formar un área de seguridad común desde Vancouver hasta Vladivostok, pero ello quedó siempre sin respuesta, subrayó.
Nosotros queremos ver una Europa con una política exterior libre, sin ataduras a otros designios, sin que los intereses propios de Europa se sacrifiquen por tal de cumplir con objetivos y políticas antirrusas, consideró.
Asimismo, expresó su esperanza en una recomposición de los nexos con Estados Unidos, un país con el cual nunca hemos tenido un conflicto bélico y separado de nosotros por apenas unas decenas de kilómetros en el estrecho de Bering, destacó.
Lavrov se mostró totalmente convencido de que los conflictos bélicos como los de Ucrania, Yemen o Siria de ninguna forma pueden tener una salida armada.
El jefe de la diplomacia rusa aclaró, sin embargo, que su país siempre estará listo para defender sus intereses nacionales.