Me até la garganta cuanto pude. Pero la fuerza de las lágrimas fue mayor. Esperaba inquieta frente al televisor en casa, su imagen, con esa candidez que lo marca como cubano, como granmense, y entonces, lo vi descender de las escalerillas del avión y, me estremecí de orgullo.

De inmediato, lo reconocí. Lo presenté a todos en casa, como el héroe que es,  “Ese hombre trigueño,  de unos espejuelos, ese es Lazaro Alarcon Gonzales, el granmense que desafío los temores ante la muerte por la Covid-19 en Crema, Lombardía.

Retar al Rey (+ fotos, video e infografía)

Regreso victorioso con el deber cumplido

Su voz, mientras avanzaba hacia el ómnibus que lo lleva al lugar de aislamiento en La Habana, se me hacía constante en mi interior: ““Regresaré, estoy seguro de que regresaré más fortalecido como persona”. Así me lo aseguraba hace más de 60 días antes de partir de misión como parte de los 52 enfermeros de la brigada Henry Reeve.

Al tiempo que se difuminaba su imagen de la pantalla, me fui a su casa en Media Luna, donde hace unos instante, vía telefónica, fui cómplice del rebullicio de la familia, y allí, otros nudos también se desataron de la emoción.

Nunca hemos coincidido, ni por casualidad fuimos amigos antes ni siquiera en las redes sociales, pero la complicidad de estos días de batallar de manera sistemática, por messenger, nos ha convertido en unos conocidos, y sobre todo nos hace comprender porque somos cubanos.

Ahora volvía cada mensaje de cuidados extremos, de insistir en que la población cumpla las medidas, de calmar la añoranza con una foto de su pueblo, de asegurar que no hay miedo porque hay profesionalismo.

Esto que siento, que viola los rigores del periodismo, no lo he logrado de otra manera, sigue latiendo con fuerza que desata no solo los nudos de mi garganta como de seguro la de muchos cubanos hoy frente al televisor, sino también un orgullo incontrolable de sentirme irremediablemente una cubana a todas, como esos héroes de batas blancas.

Lázaro, el enfermero medialunero, el héroe granmense de la covid-19, estremece los corazones.