Foto MICHEL VERDECIA.Dice que nació en La Habana y le respeto el criterio por resultar algo generacional, estoy convencido del gran sentido humorístico que tuvieron sus padres al concebirlo, aunque dejaron un espacio para la seriedad.
PRIMICIAS
“Aproximadamente a los diez años de edad interpreté un pequeño personaje dirigido por el instructor de teatro, en Manzanillo, Enrique Kiki Véliz García, a partir de ese momento quedé atrapado por las “tablas” y no las de multiplicar , luego trabajé en varias puestas en escena, hasta descubrir otras posibilidades histriónicas muy relacionadas con mi forma de ser”.
OTRA MIRADA
“El humor que hago es sencillo, tiene el sabor cubano, el rostro de la calle y la cotidianidad de la vida, aunque la crítica social no es mi línea de trabajo, cuando es preciso la hago, tengo registrado textos muy serios porque el humor también es eso.
“Mis actuaciones tienen su esencia en los cuentos populares , solo los diferencia el lugar : un cabaret, la radio, la televisión…siempre con un mensaje, una enseñanza.
“Dicen que las personas que no se ríen se tornan peligrosas, por eso trato de que al menos sonrían durante el desarrollo de mi espectáculo para no tener enemigos.
“He trabajado en las principales plazas del país, desde el Salón Rosado de la Tropical, en La Habana, hasta el cabaret Bayam, del que durante muchos años fui un medio básico, como me decían, sólo falta presentarme en Pinar del Río y cuando menos lo espere allí estaré para hacerles pasar un rato agradable a sus pobladores.
“Internacionalmente presenté dos temporadas en España y un ratico en Portugal, donde confronté mi show frente a un público desconocedor de nuestras costumbres y tradiciones.
“Desde que asomaba la nariz en el escenario, el público no paraba de reir, imagino haya sido por lo superlativo de esa parte del cuerpo en la que más se esmeraron mis progenitores”.
¡QUÉ MARAVILLA!
“Llevo tiempo presentándome en Manzanillo y que aún me soporten, resulta como una aventura de ciencia ficción, pero la disfruto como el saludo de mis amigos, el chiste sugerido o la reiterativa pregunta:
-¿Cuándo empiezas en el Costa Azul?, principal escenario de mis travesuras.
“Identificarme con el pueblo resulta gratificante, maravilloso, siento regocijo cuando me interceptan en la calle interesados por lo que preparo para cuando pase la COVID, la gente desea sonreír, necesitamos alejar los malos recuerdos de esta pandemia.
EL YO INTERIOR.
“Soy una persona modesta, me gusta entrar por la puerta del público, escuchar lo que piensa, sentir de cerca su calor humano, aunque cada vez que salgo a escena estoy tenso, pero me relajo enseguida.
APUNTES
Este fundador del teatro ATEGUA, en su modalidad de aficionado, recuerda a los diabéticos evadir la luna de miel y a los demás, no tomar la vida demasiado en serio, porque al final nunca saldrás de ella con vida.
“Quedé atrapado por las “tablas”, sobre todo por la de la paleta de la silla de la secundaria Básica Julio Antonio Mella. Saludos Osvaldo