Aunque no pocos especialistas auguraban en Leandro Zamora Rivero un futuro promisorio, aquella destacada actuación en el Campeonato mundial juvenil de atletismo, durante el verano de 2014, en Eugene, Estados Unidos, era el impulso que necesitaba el bayamés para darse a conocer.

Entonces, ni los acostumbrados triunfos en categorías inferiores, desde Copa Pioneros hasta Juegos nacionales escolares y Olimpiadas juveniles, habían sonado tanto como el sexto lugar que le deparó la final de los 400 metros con vallas, en el estadio Hayward Field, el 25 de julio.

“Tremendo orgullo sentí al ubicarme entre los ocho finalistas de ese Mundial”, recuerda el vallista, quien 12 meses después regresaría a la alta competencia, al intervenir en el Panamericano juvenil, que acogió el Foote Field, de Edmonton.

Allí, el podio le resultó esquivo, pero volvió a incluirse entre los aspirantes a medalla: “Finalicé en el cuarto lugar. Quise un mejor resultado, pero no pudo ser. De todas maneras, conseguí marca personal de 50.52 segundos”, explica.

Sin embargo, fue el baloncesto la primera disciplina que comenzó a practicar, “pero finalmente me incliné por el atletismo; me gustó más”, revela Zamora Rivero, quien inició sus vínculos con el deporte en la escuela primaria Héroes de Bolivia, del reparto Rosa La Bayamesa.

Entonces, el diálogo transcurrió en el salón Ágora, del Teatro Bayamo, en la ciudad homónima, después de recibir el agasajo de las principales autoridades del deporte en el municipio, por sus resultados en el 2015.

“Ante todo, deseo mejorar mis registros y muy pronto formar parte del equipo masculino del 4×400 metros Cuba”, expone Leandro, quien cumplió 20 años el 11 de marzo y dejó entrever su anhelo de participar en unos Juegos Olímpicos.

“Me será bastante difícil”, reseñó en aquella ocasión, aunque vio alguna posibilidad de integrar el relevo largo, mientras se disponía a regresar al Estadio Panamericano, de La Habana, donde continuaría su preparación bajo la atenta mirada del entrenador Ricardo Molina Chiu.

Y el sueño se hizo realidad. Leandro hizo el grado con la cuarteta antillana, que correrá en una de las dos eliminatorias, el 19 de agosto venidero, en la pista del Estadio Olímpico de Río de Janeiro, sede principal –desde el 12 de agosto- del atletismo en la trigésimo primera edición de las citas bajo los cinco aros.