
Miedo a la muerte no tiene Osnel Ramos Soler. Tampoco prisa en abandonar este mundo, lo cual quiere sea en su querido Bayamo.
Que no teme a La Parca lo demostró en Cangamba, donde se encontraba cuando esa aldea fue atacada por las fuerzas de la Unión nacional para la independencia total de Angola (Unita), el 2 de agosto de 1983.