Un solo libro puede ser motivo de alegrías y tristezas. Visto como proceso creativo, tenerlo en la mano es como parirlo y que te lo den para lactar, aunque sabes que caminará independiente. Y como los hijos, lleva dentro alegría y dolor.
“Confidencias de mujeres: del dolor al crecimiento personal” ( Ediciones Bayamo 2011) de la psicóloga bayamesa América Santoya Arévalo lleva ambas cosas implícitas, un texto de autoayuda, escrito con lengua coloquial desde las Ciencias, para desentrañar las problemáticas de la mujer profesional en edad madura.
Se ven reflejados temas muy sensibles como el abuso lascivo, la infidelidad, la violencia doméstica, las disfunciones sexuales, las infecciones de transmisión sexual y otros.
El libro volvió a las manos de lectores este año por Ediciones Unicornio de Artemisa, territorio donde se hizo la Feria del Libro en marzo último y este fue uno de los títulos más buscados y comercializados, según informa Tania Villavicencio directora editorial.
Estas noticias alegran como también que Ediciones Bayamo prepara “Ellos también sufren: una mirada a la masculinidad” de Santoya Arévalo, donde aborda la masculinidad heterosexual y sus problemas: las infecciones de transmisión sexual, la infidelidad, el divorcio, la paternidad, la alfabetización emocional, los cambios que genera la medianía de edad, abordados a partir de historias reales, además de una historia de homosexualidad y otra de sexo transaccional.
El volumen dedicado a los hombres será de interés para la familia como el homólogo femenino y cuenta con la edición de la también poeta Amarilis del Carmen Terga Oliva y el diseño de Carlos Bruzón.
América no deja de soñar con los libros, en ellos encuentra refugio, consejos, entendimiento y guía. Me recomienda algunos títulos y me informa que trabaja en dos volúmenes frutos de investigaciones. Uno de ellos es sobre Gumersingo Garay, nuestro trovador Sindo, el que se relacionó en Bayamo con los ancestros de América.
Y el otro está dedicado a su padre, una especie de crónica o biografía del Maestro José Santoya, alguien que vive en la memoria de los bayamés es de diversas generaciones y que se granjeó el respeto como pedagogo de esos que son Evangelio vivo.
Nos queda esperar, esperar por esos libros que vendrán.