No hay alba sin lucero es el sugerente título que nos presenta Orlando Corrales Moreno, Pastor de la Iglesia Bautista Emaús en Nuevitas, Camagüey a través de la editorial de la Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado en el año 2018, acerca de la vida y la intensa obra revolucionaria de Oscar Lucero Moya, destacado miembro del Movimiento Revolucionario 26 de Julio asesinado por los más feroces testaferros de la tiranía de Fulgencio Batista en 1958.
El libro, presentado en ciudades del occidente y del oriente de Cuba, llegará a Bayamo en el periodo estival, aseguró su autor, quién por algunos años viviera en la Ciudad Monumento al que lo atan profundos lazos de familia y amistad.
Fue precisamente en la Cuna de la Nacionalidad Cubana donde Orlandito, como le dicen los más cercanos y así le podemos llamar nosotros también, comenzó a investigar hace tres décadas acerca de los misterios por develar en la vida de Oscar Lucero.
En 126 páginas se narran los hechos, desde que el conocido como Mártir del silencio nace en el Central Miranda hoy Julio Antonio Mella en Santiago de Cuba, se forja como un joven de impecable carácter en Santiago de Cuba donde confraterniza con su hermano de fe, Frank País García, funda en su propia casa y luego es jefe del Movimiento 26 de Julio, ama, crea, lucha y sufre persecuciones hasta que es capturado, torturado, desmembrado y desaparecidos sus restos en el mar.
Contundentes son los testimonios tomados hace una década a su hermana Lilia Lucero quién muere en 2018 con 98 años anhelando ver este proyecto concretado, pues no había una bibliografía activa que reuniera documentos, imágenes y testimonios de este increíble ser humano capaz de escribir textos contundentes como este: ¨Hay que dedicarle las futuras generaciones hechos hermosos y duraderos¨.
¨Los buenos amigos son como los árboles¨, fue otra de las frases que acuño Lucero Moya, de quién hablan además amigos y compañeros de lucha entre los que se encuentra el Capitán Wilian Gálvez, el combatiente de la lucha clandestina Luis Clergé muy cercano también a Frank País.
Textos líricos de los poetas Jesús Orta Ruiz y Lalita Curbelo hermosean la obra con abundantes fotografías, conmovedoras como la que muestra la tarja dedicada a Oscar en el habanero Parque de la Clandestinidad y acuña un versículo bíblico que deviene su epitafio y aquella donde feliz exhibe a su prometida frente al altar, depositaria de su semilla: la hija que jamás conocerá.
Acciones temerarias en las que participó Oscar, como el secuestro del argentino corredor de Fórmula UNO Juan Manuel Fangio, desde el Hotel Lincoln en La Habana, para denunciar al mundo la situación inestable que vive el pueblo cubano bajo la dictadura de Batista, se cuentan con descripción fotográfica.
Ojalá se concrete la presentación en Granma en agosto venidero pues ya las provincias orientales Holguín, durante la última Feria del Libro y Santiago de Cuba en la Universidad de Oriente acogieron sendas presentaciones y el libro que conecta con el territorio al este del archipiélago, tiene una poderosa razón que ya les hemos dicho para ser presentado en la tierra de Céspedes.
Aquí fue donde Orlandito tuvo la primera corazonada, aquí fue donde hizo hace tres décadas la primera entrevista, cuando todavía el proyecto de libro, no era ni siquiera un sueño.