Ottawa.- Líderes de formaciones políticas derechistas en Canadá endurecen hoy sus posturas respecto a la entrada de inmigrantes al país, como parte de los debates y disputas del proceso eleccionario para acceder a la jefatura del Partido Conservador (PC).
Maxime Bernier, uno de los 14 aspirantes a liderar la formación política, declaró recientemente que estaba dispuesto a desplegar al Ejército, a fin de impedir que inmigrantes indocumentados crucen ilegalmente la frontera con Estados Unidos.
Su principal rival político, el empresario Kevin O’Leary, también endureció sus posiciones respecto a aquellas personas que solicitan asilo para entrar al país.
El PC se quedó sin líder oficial tras la derrota del ex primer ministro de derecha Stephen Harper, quien buscó su reelección en los comicios de octubre de 2015, ganados por el actual jefe de Gobierno, Justin Trudeau.
Varias fuentes explicaron a la radio pública que uno de los temas centrales en los debates por la jefatura de ese partido es determinar qué hacer frente al previsible aumento de inmigrantes en las próximas semanas, con el inicio de la primavera.
Cuando O’Leary decidió competir por la jefatura de los conservadores, declaró a la televisora estadounidense CNN y otras fuentes que no le interesaba imitar las posturas del presidente Donald Trump en el tema de la inmigración y los refugiados.
Pero ahora, el empresario cambió de tono, y le exige al Gobierno federal canadiense hallar la vía para deportar de inmediato a Estados Unidos a todos los indocumentados que crucen la frontera, sin permitirles presentar una solicitud de asilo.
Para no quedarse atrás en este endurecimiento de posiciones, Bernier propuso medidas más severas contra quienes buscan asilo, e incluso recomendó efectuar deportaciones masivas y emplear al Ejército para patrullar la frontera, detalló el medio de prensa.
Pero otros candidatos rivales como Kelly Leitch y Stéphane Blaney también han polarizado su discurso en cuanto al tema migratorio y los refugiados. Una reciente encuesta de Reuters/Ipsos reveló que un 50 por ciento de los canadienses favorece la expulsión de las personas que crucen la frontera sin documentos.
Solamente uno de cada tres ciudadanos opina que quienes llegan al país con un estatus irregular pueden tener derecho a solicitar asilo.