Los ancestros de Carlos Manuel de Céspedes

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Por | 16 abril, 2016 |
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Carlos Manuel de Céspedes Acerca de los orígenes familiares de Carlos Manuel de Céspedes, Padre de la Patria Cubana, se ha escrito relativamente poco en la historiografía nacional, en comparación con las miles de cuartillas publicadas por distintos autores, relacionadas con otros aspectos de la vida del prócer bayamés.

Esta carencia puede obedecer, entre otras causas, a que el tema de la familia es, en general, poco atractivo para los historiadores (excepción hecha de los representantes de la llamada “Escuela de las Mentalidades”, que son muy escasos en nuestro país) y también a la ausencia de fuentes confiables y abundantes; básicamente, por la pérdida de importantes archivos bayameses concernientes a este aspecto de la vida social a raíz del glorioso incendio de 1869.

La primera referencia explícita a los ancestros de Céspedes, en la historiografía cubana  posterior a 1959,  la realizaron los prestigiosos historiadores Hortensia Pichardo y Fernando Portuondo, en la introducción de la obra Carlos Manuel de Céspedes. Escritos, que se publicó en 1974. Allí se plantea que los progenitores del “Hombre de La Demajagua” fueron Jesús María de Céspedes y Luque, hacendado bayamés, y Francisca de Borja del Castillo y Ramírez de Aguilar, natural de Camagüey(1).

Por la vía paterna, fueron los abuelos de Carlos Manuel de Céspedes el Subteniente de Milicias españolas Manuel Hilario de Céspedes y Guerra y la señora Antonia Luque y Fontaigne, ambos de Bayamo; mientras que por línea materna descendía del matrimonio formado por el Subteniente Francisco de Borja del Castillo y Miranda y doña Isabel Ramírez de Aguilar  y Nogueras. Presumiblemente, el abuelo materno de Carlos Manuel de Céspedes, aunque bayamés de nacimiento, pasó a residir en su juventud a la villa de Santa María del Puerto del Príncipe; en donde se casó y tuvo a su hija Francisca de Borja.

En fotocopia de un libro sobre el linaje de los Céspedes, fraternalmente donado al Museo Casa Natal Carlos Manuel de Céspedes por Monseñor Carlos Manuel de Céspedes García-Menocal, biznieto del Padre de la Patria, se plantea que los antecedentes familiares más lejanos de esta familia en territorio de la Isla se remontan a la primera mitad del siglo XVII, cuando algunos de sus miembros se asentaron en Bayamo, procedentes de la villa de Osuna, provincia de Sevilla, en España (2). Como es sabido, desde la época medieval, solían en Europa apellidar a los individuos con el nombre de la región, pueblo o villa en que nacían; costumbre muy común en la Península Ibérica hasta el siglo XVIII.

Referente a la mencionada villa de Osuna, y según aparece refrendado en el tomo quince del Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano, esta localidad se halla situada: “…al Suroeste de Estepa y al Noreste de Morón, al pie de una colina donde empieza dilatada llanura…” (3). En la Antigüedad, fue un asentamiento romano, conocido sucesivamente por los nombres de Orsona, Urso, Ursao y Gemina Urbanórum, que tuvo relevante papel en la ocupación del resto de la Península Ibérica por los itálicos, y en las sangrientas guerras civiles del siglo I de n. e., entre pompeyanos y cesarianos.  A partir de la conquista árabe (siglo VIII de n. e.), comenzó a ser llamada  Oxuna. Volvió a poder de los cristianos en 1239 y perteneció desde 1264 a la Orden de Calatrava, cuyo caballero mayor se denominó Comendador de Osuna. En el siglo XVI, los Reyes Católicos le concedieron a esta villa el título de “Muy Noble”, y su escudo de armas ostenta un castillo con una ventana sobre la puerta y dos osos encadenados a la reja (4).

Por otra parte, una hija del caudillo (la escritora Gloria de los Dolores de Céspedes y Quesada, retoño de su segundo matrimonio y nacida en Nueva York, en 1871) hace también referencia a la raíz española de la familia, cuando plantea:

“A principios del siglo XVI cierto número de esforzados hidalgos vinieron de Andalucía a Cuba, llamada entonces la isla Fernandina, en la cual se establecieron. (…) Bayamo, situado sobre el río del mismo nombre, afluente del ancho y navegable Cauto (…), los atrajo. (…) Entre los primeros colonizadores cuéntase a los Céspedes, descendientes de un largo linaje de caballeros españoles, y a la familia de Luque, cuyos miembros disfrutaban hacía siglos de alto prestigio en España…” (5)

Existe hoy día en España, efectivamente, una villa con el nombre de Luque, perteneciente al partido judicial de Baena, provincia de Córdova. Esta se halla ubicada al Sureste de la propia Baena, a la derecha del río Marbella y no muy lejos de unas elevaciones conocidas también como Sierra de Luque. Al Este de la población, en la cumbre de un cerro, se pueden ver en la actualidad las ruinas de un castillo árabe; lo que hace presumir que su antigüedad data de por lo menos la época pre-arábiga (6). Quizás de allí surgió la raíz familiar de los abuelos de Céspedes por línea paterna, en tiempos inmediatamente anteriores al descubrimiento de América por Colón. Es apenas una hipótesis, sin más argumento que la posibilidad teórica; pero no desdeñable como posible punto de partida para averiguaciones más profundas en esta temática.

El apellido Luque, por otro lado, tuvo algunos representantes destacados en la historia de España, a partir del siglo XVI, como el caso de don Fernando de Luque, quien fuera compañero de correrías de los aventureros Francisco Pizarro y Diego de Almagro, en la empresa de exploración y conquista de la vasta zona aurífera de Birú, en el actual Panamá. En 1529 fue investido por los soberanos españoles con los títulos de “Protector de Las Indias” y Obispo de Tumbez, siendo el primer sacerdote de esta categoría en la historia de Perú. Murió en 1532. Pero es curioso que, según los registros documentales españoles, este Luque no naciera en la provincia de Córdova, sino  en Andalucía; lo que introduce un elemento de incertidumbre en su posible relación de consanguineidad con el Padre de la Patria Cubana.

Sea como fuere, no caben dudas acerca del origen puramente español de los ancestros de Carlos Manuel de Céspedes, procedentes de nobles venidos a menos; y que, como otros aristócratas ávidos de riquezas de toda España, emigraron al Nuevo Mundo en la primera mitad del siglo XVI. El asentamiento de los abuelos de Céspedes en la Isla no ofrece tampoco margen a especulaciones, de acuerdo a las pruebas documentales aportadas por uno de los descendientes vivos del caudillo independentista (el mencionado Monseñor Céspedes y García-Menocal), como ha quedado plasmado en el comienzo de esta reseña. Hidalgos en busca de fortuna, que arribaron a las playas de esta isla caribeña, y quedaron varados en ellas para siempre; sin sospechar que un día, muchos siglos después, uno de sus vástagos sería el iniciador de la primera guerra de los cubanos por la independencia y la justicia social. Por Miguel Antonio Muñoz López (Especialista del Museo Casa Natal Carlos Manuel de Céspedes)

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

  • Céspedes y Quesada, Gloria de los Dolores de: Céspedes visto por los ojos de su hija.
  • Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano. Montaner y Simón, Editores, Barcelona, España [a.].
  • Pichardo Viñals, Hortensia y Fernando Portuondo del Prado: Carlos Manuel de Céspedes. Escritos. Editorial Ciencias Sociales, La Habana, Cuba, 1974.