El joven manzanillero César Sánchez Molina sabe que estos días son definitorios en su futuro.

Como el resto de los compañeros del duodécimo grado del instituto preuniversitario Julio Antonio Mella, de la ciudad del Golfo, comenzó este viernes,  las pruebas de ingreso a la universidad, paso que para él demandó mayor dedicación, porque Cesarito, como todos le llaman, es el único joven invidente de la provincia de Granma que participa en semejantes exámenes.

Prefiere no hablar de ello, al no considerarlo una limitación, más bien incentivo para acrecentar con el sacrificio personal y el apoyo de la familia, los amigos y profesores, el anhelo de convertirse en Ingeniero informático.

“Desde décimo fue una preparación intensiva, que se duplicó ahora en las asignaturas de Matemática, Historia y Español que son las que nos evalúan con objetivos bien definidos. Tuve la ayuda de todos, pero particularmente del profe Powell y de Rolando, uno de mis amigos, fue más fácil. Estoy listo y no hay nervios ni preocupación, porque todo depende de mí.”

Muy cerca, Blasa Molina, la madre, valora el camino de muy complejo, dice que tiene los nervios “a flor de piel”, pero que su hijo es muy valiente y alcanza lo que se propone.

“Queremos agradecerle, por encima de todo, a Fidel y a esta gran Revolución, porque todo lo que logramos hasta aquí es el resultado del interés del Comandante en Jefe y su obra socialista para la efectiva inserción de los niños con discapacidad a la educación y lograr la realización personal y social.

“Mi niño estudió mucho y espero que salga bien”, dice finalmente con una sonrisa en los labios.

Desde este viernes participan en los exámenes de ingreso a la Educación superior 401 alumnos manzanilleros de preuniversitario, junto a un pequeño grupo de la modalidad de concurso y de la Orden 18, del Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).

El Máster en Ciencias José Torres Calzada, jefe del departamento de Educación preuniversitaria en esta costera localidad granmense elogió la dedicación de los estudiantes para enfrentar el decisivo proceso.

“Los objetivos que evaluamos en las pruebas finales de doce grado, que son los mismos que ahora se examinan con vistas al ingreso de los educandos a las Universidades cubanas, fueron superiores al curso anterior, lo que nos pone en condiciones de mantenernos entre los municipios vanguardias de Granma al concluir las tres pruebas.

“Es importante mantener la calma y ecuanimidad para evitar alguna incidencia que vaya en contra de un buen desempeño.”

La aplicación de las pruebas de ingreso a la Universidad se convierten en actos solemnes en los que se les informa a los educandos las particularidades de esos exámenes.

Así lo experimenta César Sánchez Molina, único invidente de la provincia de Granma involucrado en las pruebas, que, como el resto de sus compañeros, no lo estresan porque saben que estos son días de definiciones.