Los jardines colgantes de Veguita (II)

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Por Sara Sariol Sosa | 13 diciembre, 2018 |
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En lo que era una construcción abandonada quedarán instaladas 11 viviendas FOTO/ Sara Sariol

En verdad, sonó extraordinario, como una verdadera maravilla del mundo “veguitero”, cuando aquel proyecto del siglo pasado dibujaba en papeles un moderno inmueble, pero quedó “prendido” de una gaveta tras el golpe económico de la época que azotó a Cuba.

Pasados los años la construcción de marras, que según su diseño inicial pudo haber sido un conjunto gastronómico (pizzería-restaurante), comenzó a ser enmascarado por malezas colgantes, que sin proponérselo se hicieron cómplices de individuos inescrupulosos que fueron en la oscuridad arrancando bloques y pedazos de acero.

¿No podría dársele otro valor de uso a la edificación llevada hasta nivel de cerramento y que, como tantas en la provincia, sufrían la pesadilla de vivir expuestas al constante canibaleo?

Esta fue la pregunta que La Demajagua enjuició en un trabajo periodístico, con igual título: el gris destino de una estructura constructiva del poblado de Veguitas, en el municipio de Yara, que el período de inflexión económica sufrido por el país, detuvo en el tiempo.

Otras publicaciones de este mismo semanario insistieron en proponer, cuando la situación material mejoraba, redestinar aquellas penélopes de concreto, y convertirlas en sedes de nuevos objetivos económicos y sociales, de acuerdo con no pocos reclamos populares.

EL CAMBIO

La respuesta –que nunca es tarde si la dicha llega- llegó   hace pocos meses; la estructura dormida comenzó a recobrarse con el esfuerzo de constructores por cuenta propia y de la empresa de mantenimiento constructivo del Poder Popular.

Daynier Roberto Vega Aguilar, vicepresidente del Consejo de la Administración en Yara, para la atención a la actividad constructiva, informó a este semanario que, la decisión del Gobierno local se sustentó precisamente en la posibilidad de aprovechar la cimentación existente y una buena parte de los muros que se salvaron del canibaleo, lo cual permitiría abaratar los nuevos objetos constructivos.

Polígono Mártires del Corynthia, decidió llamarse aquella obra de choque, en alusión al nombre de la calle donde está situada, y mediante la cual, según destacó Vega Aguilar, quedarán instaladas 11 viviendas, incluido un bloque de tres biplantas y el resto independientes. Las moradas corresponden, seis al plan estatal, cuatro subsidiadas y una por esfuerzo propio.

En el caso de las subsidiadas, preciso Daynier, la localidad trabaja por primera vez la experiencia de biplantas, lo que requirió de un estudio al detalle en cuanto a cómo proceder en cuanto a la titularidad del espacio, y sobre todo de la posibilidad de algunos de los beneficiarios a vivir en planta alta.

Las dos primeras viviendas para subsidiados ya están terminadas y habitadas. Marilín Alcolea Avilés quien reside en una de estas con su pequeño de nueve años Eduar Amaya Alcolea (parálisis cerebral, cardiopatía y Linfoma no Hodgkin), no puede encontrar las palabras exactas para expresar la satisfacción que ha experimentado por esa bondad de la Revolución, y solo advierte: “No teníamos nada, y mi hijo está feliz”.

OTRAS ENTREGAS

De acuerdo con la información de Daynier Vega Aguilar, Yara podrá cerrará el año con 35 células básicas terminadas mediante subsidio a personas naturales, y con la erradicación, también por esta modalidad, de 17 pisos de tierra (otros más de 60 se han eliminado por la vía estatal).

Reconoce que en el 2018 el municipio ha logrado un mayor control y agilidad en el programa de subsidios, a partir de algunas estrategias como es el pago a los constructores por objeto de obra terminada y bajo certificación de los técnicos de la vivienda.

Mientras, en el abaratamiento de los costos de las edificaciones no solo ha influido una progresiva incorporación de materiales locales de construcción, sino también un análisis más real de cuánto dinero es necesario asignar en cada caso, por ejemplo, para la transportación de los recursos, teniendo en cuenta la distancia de las comunidades o el lugar donde se levantan las viviendas por subsidios.

Destacó asimismo, la relación de trabajo establecida con brigadas constructoras por cuenta propia, y la sensibilidad y el compromiso de sus integrantes con apoyar y edificar las células básicas en el menor tiempo posible y con buena calidad.

El albañil Lázaro Guillén Santos, y sus ayudantes Lázaro Guillén Espinosa (padre) y Alberto Santos Pérez (tío), están entre las brigadas particulares de la localidad más sensibilizadas con el programa.

En no pocas ocasiones laboran desde que despunta el día y hasta la noche para adelantar una vivienda, y lo hacen con satisfacción, porque como dice el joven albañil de 34 años, “nosotros sabemos que esas casas las esperan personas necesitadas, enfermas, y nos da alegría contribuir a que pronto se les resuelva su problema”

Esa sensibilidad debe primar en todos factores involucrados en el programa de subsidios, el cual ha sufrido irregularidades y demoras en diferentes etapas, panorama que Granma se propuso transformar a partir de este año.

Los municipios están llamados a aplicar cuantas estrategias sean posibles en ese sentido, y lograr dinamizar los procesos generales desde el otorgamiento y la documentación, hasta la ejecución y entrega de las casas.

Conseguir lo anterior es estar en correspondencia con el esfuerzo que hace el país, aun en medio de compleja situación económica, en lo que bien se ha valorado como uno de los programas de mayor alcance social y humano, y para el que, solo en el territorio granmense, el gobierno cubano ha dispuesto del 2012 a la fecha, más de 200 millones de pesos.

El polígono Mártires del Corynthia, de Veguitas, Yara, transcurrirá como ejemplo de cuanto más puede hacerse para responder a tal requerimiento, y al mismo tiempo procurar que los recursos del país no se disipen en viejas construcciones a medias, que muy bien pueden ser aprovechadas.

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