Maestro del volante

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Por Yelandi Milanés Guardia | 2 septiembre, 2015 |
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Ángel Justo Escobedo FonsecaEn este inicio del nuevo curso escolar bien pudiera verse en un aula a Ángel Justo Escobedo Fonseca, pues experiencia y currículum le sobran para enseñar. Mas su clase debería ser un poco atípica porque no impartiría Física o Matemática, sino materias relacionadas con la conducción de vehículos.

Entre sus alumnos no estarían pioneros ni estudiantes, sino irresponsables chóferes y aprendices que quieran manejar tan bien como lo ha hecho este hombre, por más de 52 años, sin reportar accidentes.

Este riocautense devenido bayamés tomó por primera vez un volante en sus manos en 1963, con apenas 18 años. Inició manejando rastras y por más de cuatro décadas se mantuvo fiel a ese tipo de transporte, el cual cambió, hace 10 años, por un carro ligero.

A pesar de peinar canas, aún se mantiene activo como chofer del subdelegado de mecanización en el Ministerio de la Agricultura, único organismo al cual ha consagrado su vida.

Con tan vasta experiencia siempre es bueno afinar los oídos y escuchar sus consejos: “Para manejar es importante poner atención a las condiciones del vehículo y cumplir los reglamentos del tránsito, cuando esto se tiene en cuenta es difícil la ocurrencia de contingencias.

“También es necesario no conducir bajo los efectos del alcohol y poner atención a la vía, para disminuir o anular los accidentes”.

Escobedo Fonseca manifiesta que cuando maneja va concentrado en el timón y no conversa mucho, pues sus sentidos deben estar concentrados en la conducción: “A veces, refiere jocosamente, ni sé que conversan mis acompañantes porque voy concentrado en lo mío”.

Con respecto a su ritual matutino expresa: “Antes de salir reviso el aceite, el agua, los neumáticos, limpio el cristal y verifico las demás condiciones técnicas, porque es bueno saber como está el vehículo y su funcionamiento”.

Su mensaje a los aspirantes a semejante proeza es: “Atender al timón y no circular a exceso de velocidad, además de respetar las señales del tránsito que son nuestra guía en la carretera. Cuando se respeta el pare, la zona escolar, el paso del tren y otras indicaciones, no hay porque tener problemas.

“Lo más cercano a un accidente me ocurrió en una ocasión en la que regresaba de La Habana, por la autopista, y un grupo de reses se me interpuso en la vía, pero reduje la velocidad a tiempo, apliqué bien los frenos y no hubo nada que lamentar”.

Además del orgullo por tantos años sin fatalidades Ángel Justo no disimula su satisfacción porque nunca se le ha retirado su licencia ni la han suspendido por ingestión de bebidas alcohólicas, puntos o accidentes.

Con 70 años cumplidos ya este avezado chofer va pensando en el retiro, el almanaque pesa y es hora de dar oportunidad a otros. Mas, aunque pase el tiempo, siempre será muy útil volver la vista sobre este maestro del volante y ejemplo de disciplina vial.

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