Con su femineidad y elegancia, María Arsenia Ortega García luce apuesta y opaca sus 60 años de vida y duro laboreo como clasificadora de camarón del Combinado Pesquero de Manzanillo. Es fuerte, vital y sociable.

Devenida la segunda mujer de la suroriental provincia cubana de Granma que integra el “ejército” de Héroes del Trabajo de la República de Cuba, muestra un evidente orgullo que humedece su mirada, y se acrecienta ante la realidad de ser condecorada y participar en el acto nacional por el Primero de Mayo en La Habana.

“Yo siempre me he destacado, -dice- en mis 39 años de vínculo laboral, pero nunca con rivalidades, al contrario, ha sido posible, además del incondicional apoyo de mi familia, por la compenetración con mi maravilloso colectivo, al cual considero vanguardia.

“Picar pescado es un trabajo sumamente difícil, y a veces estamos de manera consecutiva hasta 14 horas, el agotamiento se apodera de nosotros, pero yo siempre busco la manera de levantar el ánimo de todos, y comienzo a hacer cuentos, a cantar, y entonces, entre risas, cobramos nuevas fuerzas”.

La modestia aflora ante cada interrogante sobre su desempeño, por eso asegura que su progenitora, sus tres hijos y seis nietos son los verdaderos protagonistas que han hecho posible sus logros.

“Solo he trabajado y nada más. Cumplir con lo que nos toca con amor, no dejarse vencer por el cansancio o las adversidades de la cotidianidad constituyen la fórmula, capaz de dejar espacio, además, en mi caso, para acumular 39 años como dirigente sindical”.

Su historial exhibe 23 años como vanguardia nacional, 15 del centro, la Medalla Jesús Menéndez, y la orden Lázaro Peña de I, II y II grados.

“Al conocer la confirmación de mi selección como Heroína por teléfono fue tanta la alegría que deseaba llorar, salir corriendo y decírselo a todos, abrazar a los míos, en fin, es lo máximo, no puedo pedir más a la vida”, concluye.