Mario Jorge contra coleros y por el ahorro

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Por Osviel Castro Medel | 9 abril, 2021 |
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Mario Enrique (en primer plano, con gorra) estuvo en un destacamento que batalló por el ahorro de energía. FOTO/Osviel Castro

Mario Enrique Peña González, es técnico de computación en la Escuela Secundaria Básica Urbana Vicente Quesada, de Bayamo y está entre los jóvenes que se han sumado a la organización de colas en distintos puntos de la Ciudad Monumento.

“Es una tarea que se la trae. Requiere paciencia, ecuanimidad y mucha explicación a los clientes, muchos de los cuales no cumplen con las medidas de distanciamiento en tiempos de pandemia. Estar de pie, a veces a pleno sol, lidiando con seres humanos de los más diversas características resulta complicado”, asegura este educador de 28 años.

En la fase más dura de enfrenamiento a coleros y revendedores, no fueron pocas las porfías en las que se vio envuelto.  “Tuvimos que luchar contra personas inescrupulosas, algunas todavía rondan los establecimientos”, dice.

“Hay que cuidarse y tratar de cuidar a los demás. Lo más importante  está en mantener los buenos modales cuando explicas cualquier asunto a los que están en las colas, aunque no siempre recibes buen trato del otro lado”, asegura.

Antes, Mario Enrique integró un contingente para el ahorro de energía, que fue abanderado solemnemente en el parque museo Ñico López, en Bayamo. Ese grupo laboró durante meses, el año pasado, visitando casa a casa para hacer conciencia a la población, especialmente a los grandes consumidores de electricidad. También veló porque no hubiera derroches en las entidades estatales.

“Era una etapa crítica por las carencias de combustibles y el país necesitaba ahorrar al máximo. Cuando dimos el paso al frente y llegamos a las viviendas nos encontramos personas  que entendieron nuestro trabajo, pero otras cerraban sus casas”, comenta.

En ese período conoció a muchachos  que con apenas 16 y 17 años estaban en este destacamento y cumplían la tarea con una seriedad admirable, como Ángel David Torres Mera, Dagnier Remón Pérez y Marcos Cedeño Pacheco. Ellos, dirigentes destacados de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media, lo estimularon mucho por la energía que le pusieron a la tarea.

Incluso el primero, con apenas 16 abriles, estuvo entre los líderes del grupo, que tocaba unas 200 puertas cada día, entregaba plegables y explicaba la situación energética de Cuba.

“Cuando uno ve que en los más nuevos hay ese compromiso, crece el deseo de hacer por la nación y quieres comerte el mundo”, remarca Mario Enrique.

“Fue una experiencia muy bonita, que me ayudó a entender cómo algunas personas derrochaban. Había consumidores que pagaban al mes solo cinco pesos, pero otros sobrepasaban los mil”, expone.

Mario Enrique agrega que está dispuesto a asumir otras tareas, siempre en pos del país, aunque algunas impliquen incomprensiones de unos pocos.

 

 

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