Hace apenas unos años, Dairon Jiménez Valdespino comenzó a correr cinta, en la intrincada comunidad de San Antonio, en Buey Arriba. Desde entonces, ese es uno de sus principales entretenimientos, “gracias a mi papá que comenzó a enseñarme”, refiere.
Dairon se incluyó entre los más de 130 competidores que animaron la trigésimo primera edición de los Juegos provinciales de montaña, que esta semana tuvo como sede principal al municipio de Guisa.
Sin embargo, cuando el niño de 12 años arribó a la localidad montañosa, no pudo mostrar sus habilidades, porque a última hora confirmaron lo que se rumoraba: sustituir el caballo por una bicicleta para la afamada modalidad que practica la población campesina en Cuba y que figuró entre las convocadas en el certamen.
De todos modos, los organizadores concedieron la posibilidad a los concursantes de revelar sus destrezas, antes de comenzar la competencia, aunque Dairon apenas pudo montar, “el caballo es muy mañoso, pero quisiera seguir aprendiendo”, revela.
Durante la exhibición sobre las bestias, niños, como Yaniuvi Tamayo Peláez, ganaron aplausos y la admiración de quienes asistían al recinto, aledaño a tres centros educacionales, de la cabecera guisera, después de introducir la pica en el argollín.
La medialuna de 11 años de edad no dejó margen a dudas y, encaramada sobre la bici, también cogió la cinta en cada una de las tres rondas que salió al escenario, para aportar 15 puntos a su equipo.
“Desde que me dijeron que venía para acá, me puse muy contenta y ejercité bastante”, expuso Yaniuvi, oriunda de La Victoria, quien -sin titubear- afirmó que seguirá practicando: “no pienso alejarme; además, la profesora y la gente de allá me ayudan”.
Al igual que el resto de los profesores de recreación, el boyarribense Roger Ricardo Cruzata acogió bien la idea de la nueva convocatoria, que también contempló el palo encebado y tracción de la soga.
Pero Ricardo Cruzata reconoce que es una actividad difícil: “Hemos contado con el apoyo de los padres y vaqueros; de hecho, una de mis alumnas y su papá, que es su entrenador, lo traje con el objetivo de ganar la competencia”, argumenta.
A diferencia de otros años, la justa programó solo los deportes de boxeo, cuyas acciones transcurrieron en el combinado tres, y taekwondo, que se realizó en la Eide Pedro Batista Fonseca, de Bayamo; mientras, el béisbol y el voleibol se sumarán al evento nacional, previsto para octubre venidero.
Pero el torneo no se circunscribió únicamente a la competencia, los atletas también visitaron la loma de Braulio Coroneaux -estrechamente vinculada con una de las batallas decisivas, durante la última etapa de la guerra de liberación nacional- y otros sitios, para confraternizar y nutrirse de la rica historia, que atesoran aquellos parajes de la Sierra Maestra.
Al final ganaron todos, más allá de la superioridad que demostró Media Luna, jerarca entre las seis delegaciones, por delante de Buey Arriba y Pilón.