Par de cursos han transcurrido desde que Melody Queen Juara Corales (19 de enero de 2002) consiguió los resultados más discretos sobre las pistas. Apenas quiere recordarlo, aunque en aquel instante no imagino que aún estaban por llegar los mejores momentos.
“Terminé octava en 100 metros y ni clasifiqué para la final en 200”, recuerda sobre su participación en los Juegos nacionales escolares (JNE) de 2016, que signó un antes y un después en su tránsito por el atletismo.
Entonces, aquella niña bayamesa -que despuntaba por su enorme talento- acababa de estrenarse en la prueba reina del deporte, “fue la primera vez que corrí la distancia y ahora es la que prefiero”, revela; aunque en la próxima edición tomó desquite, con medalla de oro en el hectómetro y de bronce en la otra especialidad.
Y Melody Queen continuó sorprendiendo: hace unos meses en el Festival de velocidad Rafael Fortún, también Campeonato nacional, sacó plata y bronce, respectivamente, “hice 11.40 segundos en 100 m y 23.60 en 200.
“Pero tengo que esforzarme al máximo, sino los resultados bajan y no puede ser”, refiere, mientras valida el pronóstico de varios especialistas, quienes la catalogan como una de las velocistas de más futuro en Cuba.
Por esa y otras razones, jamás se arrepiente de haber abandonado sus estudios de danza en la Escuela profesional de arte, cuando se vio obligada a decidir, “y me quedé con el atletismo, que ya me gustaba más”, descubre; sin embargo, en el poco tiempo libre echa un pasillito “con hip hop, música urbana o casino”.
Otro compromiso se asoma en el horizonte de Juara Corales, se trata de su última incursión en JNE, por lo que solo en unos días regresará a la renovada pista camagüeyana, con el objetivo de repetir el título en su prueba favorita (100 m), “aunque estuve lastimada en un tobillo y eso me alejó del entrenamiento”, explica. En medio de tantos sueños por cumplir, reconoce el aporte de sus entrenadores, “por su dedicación, no solo en el deporte también en la vida”; pero de inmediato algunos recuerdos tristes vienen a su mente, al evocar a su anterior profesora, Elizabeth Domínguez, quien falleció el curso pasado, cuando alcanzaba los mejores dividendos.
Y unas lágrimas corren por sus mejillas. De hecho, evade la pregunta, antes de asegurar que la mejor manera de recordarla “sería mejorando mis marcas, para llegar al equipo nacional y mantenerme”.
Quizá para septiembre próximo Melody no esté en la Eide Pedro Batista Fonseca, porque tiene grandes opciones de integrar la preselección nacional. De todas maneras, donde se encuentre asumirá otros retos más exigentes, “quisiera bajar de los 11 segundos (en 100), algo de loco; también ser reconocida en Cuba y competir al más alto nivel”.
EL ENTRENADOR OPINA
Su actual entrenador, José Aliaga Reynaldo, refiere que la Federación cubana de atletismo tiene mucho interés en Melody, “depende de la voluntad y la dedicación, condiciones tiene; y puede ser nuestra décimo segunda promoción, desde la primera con Luisa Ferrer”.
Aliaga agrega que debe correr los 200 metros, sin pensar en grandes resultados, solo para seguir desarrollando la técnica, la explosividad y las cuestiones específicas del esprínter, “la salida del bloque de arrancada, cómo alargar las zancadas y mejorar la amplitud de los pasos, entre otras”.
Él conserva esperanzas de que su discípula en cuatro o cinco años baje de los 11 segundos, marca con la que podría colocarse entre las primeras del área, “aunque influyen muchos factores”.