Mensaje de Monseñor Álvaro Beyra Luarca (audio)

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Por Yasel Toledo Garnache | 8 septiembre, 2015 |
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Monseñor Álvaro Beyra LuarcaMensaje de Monseñor Álvaro Beyra Luarca, Obispo de la Iglesia Católica en la Diócesis del Santísimo Salvador de Bayamo-Manzanillo, con motivo de la fiesta de nuestra Señora de la Caridad del Cobre.

La Virgen de la Caridad del Cobre: Leyenda y realidad

Cuentan que tres hombres recogieron su imagen, en 1612, en la orilla de la bahía de Nipe, donde desemboca el río Mayarí, en la actual provincia de Holguín. Dice la leyenda que ellos fueron en busca de sal, y observaron cómo se acercaba flotando en una tabla y con el niño Jesús en su brazo izquierdo.

El santuario inicial se construyó de manera improvisada, con hojas de guano en el techo, y, tras múltiples sucesos misteriosos, se depositó en su lugar definitivo hasta ahora, ubicado en lo más alto del Cerro de Maboa, a 27 kilómetros de la ciudad de Santiago de Cuba, donde se le rinde homenaje cada 8 de septiembre.

Durante las guerras de independencia, iniciadas en 1868, varias tropas del Ejército Libertador manifestaron devoción por la Virgen y se encomendaban a ella.

En 1915, los veteranos escribieron al Papa Benedicto XV para que la proclamara Patrona de Cuba, quien lo hizo el 10 de mayo de 1916. El Papa Pío XI autorizó la coronación canónica de la sagrada imagen, realizada en la mañana del 20 de diciembre de 1936, por el entonces obispo de Santiago de Cuba, Monseñor Valentín Zubizarreta.

Juan Pablo II la visitó en 1998, y Benedicto XVI le otorgó la Rosa de Oro de la Cristiandad, el 26 de marzo de 2012, con motivo del aniversario 400 de su aparición.

Allí, en el poblado de El Cobre, más de 500 personas, como promedio, la visitan todos los días, y la llaman Virgen de la Caridad del Cobre, Santa María la Virgen o la Virgen Mambisa.

Muchos vuelven a sus hogares con diminutas piedras de cobre. Dice la leyenda que quienes las poseen, colocadas en vasos con agua o en bolsillos y bolsos, poseen una protección especial contra los males, pues resultan metafóricas guardianas de un futuro noble en lo personal y familiar. (Con información de Ecured, Escambray, Prensa Latina y Cubadebate).

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