Pinar del Río-.  Como cada año la Península de Guanahacabibes en Pinar del Río acoge a tortugas marinas que desovan en las playas de esta zona, en tanto el proyecto de monitoreo realizado desde 1998 por varios especialistas se encarga de su control.

Expertos del Centro de Investigaciones Marinas de la Universidad de La Habana, del Parque Nacional Guanahacabibes y de la delegación territorial del CITMA componen la iniciativa, además de estudiantes de Biología y profesores de la casa de altos estudios capitalina.

Trabajadores del sitio enclavado en el extremo más occidental de Cuba laboran junto a voluntarios en pos de la organización y el aseguramiento logístico, con vistas a la preservación de esta especie en peligro de extinción.

Estudio morfométrico de los huevos e identificación de los nidos con la fecha correspondiente, descuellan entre las actividades fundamentales desplegadas por los integrantes del proyecto, así como también la clasificación del tipo de ejemplar arribado a la costa en horario nocturno.

Los grupos de trabajo radicarán a tiempo completo en la Reserva de la Biosfera hasta finales del mes de agosto, toda vez que la etapa de llegada de estos quelonios se extiende a septiembre, según Lázaro Márquez, director del Parque.

Guanahacabibes constituye una de las zonas esenciales de anidación de las tortugas marinas en el archipiélago cubano, y tras 55 días, eclosionan los huevos y comienza la carrera por la vida.

Consta en publicaciones especializadas que nuevamente la hembra regresa a la playa en la cual salió del cascarón, con el objetivo de depositar su “carga” y repetir el ciclo.

Desde enero de 2008 se estipuló la veda total de las tortugas marinas en el país, a fin de su protección, y la suspensión de la pesca para garantizar su desarrollo natural.

Al decir de especialistas también se efectúa en la Isla un rastreo satelital de estas tortugas mediante el uso de censores, debido a la amenaza continua tanto por depredadores naturales como por parte de los cazadores furtivos.

A nivel mundial, solo tres de cada mil tortugas nacidas llegan a la madurez sexual y se reproducen.