Mono ve, mono hace

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Por Luis Morales Blanco | 4 julio, 2019 |
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Hay quienes no tienen sentido común, en pos de cualquier  tipo de migaja copian impúdicamente a su ídolo, aun cuando muerdan de continuo el amargo polvo del ridículo.

Jair Bolsonaro, presidente de Brasil lo hace con su homólogo Donald Trump: si este  amenaza o ataca de algún modo a Venezuela, Nicaragua y Cuba, acto seguido el sudamericano llega al extremo de asegurar que tropas brasileñas estarán listas para “restablecer” los poderes democráticos en esos países.

Si el inquilino de la Casa Blanca asegura que finalizará el socialismo en Cuba y su germen en Latinoamérica, allá va Juan que se mata, perdón quise decir Jair, a declararle la guerra al comunismo, al Partido de los Trabajadores e ilegalizar el Movimiento de los sin Tierra…

Cuando “Donaldo” inició su flagelación  a los inmigrantes él hizo lo propio, es más, demonizó a  compatriotas pobres, negros, homosexuales…claro,  las estadísticas de los crímenes de odio subieron de modo alarmante.

Está fresco aún  el vergonzoso caso de las injurias del mandatario norteamericano  (y sus cúmbilas) contra los médicos cubanos, cuya misión humanitaria pretendió  tergiversar; ni corto ni perezoso “Jaircito” cerró el programa Más médicos, impulsado por el gobierno de Dilma Roussef , Cuba y la Organización Panamericana de Salud  para  beneficio de millones de personas humildes en el Gigante del Cono sur americano

Como es harto conocido, el pretexto fabricado de los supuestos «ataques sónicos» contra el personal de la embajada norteña en La Habana, vino a inclinar el rumbo hacia un retroceso acelerado de los primeros pasos a favor de la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.

A pesar de que no hay, ni habrá pruebas de los supuestos ataques, a la administración de Donald Trump poco le importó y las medidas unilaterales comenzaron, aunque  esas disposiciones ya estaban anunciadas desde antes.

La situación continúa siendo extremadamente difícil tanto para aquellos cubanos que quieran visitar o emigrar hacia EE. UU.,  como para sus familiares.

El presidente Jair Bolsonaro no sabía cómo ponerse “en buena” con su norteño talismán despeinado y decidió prohibir la venta en Brasil del tabaco cubano de la marca Cohiba, considerado el mejor del mundo

Según el blog del columnista Lauro Jardim, tal medida tiene como base un supuesto “exceso de ácido sórbico (compuesto orgánico natural empleado como conservante alimentario en su forma de sales minerales)” encontrado en los puros por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa),

Todo ese andamiaje fue  plenamente rechazado por la importadora Emporium, que trabaja desde hace 20 años con Cohiba, marca líder por la calidad de su producto.

Sus  especialistas  fueron  enfáticos al asegurar que “no hay inclusión de ningún aditivo, por tratarse de un producto ciento por ciento natural, la hoja de tabaco”.

Es oportuno recordar  que la marca Cohiba nace en 1966 y tres años más tarde adquiere fama a partir de su registro. Reconocida a nivel mundial por la calidad de sus puros y cigarrillos, Cohiba se comercializa en todos los países con excepción de Estados Unidos, donde su venta está prohibida por el bloqueo comercial, económico y financiero impuesto a Cuba desde hace más de seis décadas.

“Bolso” no podía aguantar más y se sumó al bloqueo impuesto a Cuba hace décadas por sucesivos gobierno norteamericanos: “mono ve, mono hace”.

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