Mella, el que solo vivió 25 años y diez meses pero hizo por un siglo, fue quien la creó. La fundó para reformar un tiempo, aupar a los alumnos, despertar a la Universidad de verdad.
Ocurrió el 20 de diciembre de 1922, en los entornos del Alma Mater habanera y se nombró Federación Estudiantil Universitaria (FEU). Tenía el influjo de lo ocurrido en Córdoba (Argentina), donde los futuros profesionales demandaron cuatro transformaciones fundamentales.
Algo parecido pidió la FEU en sus albores. Exigió la expulsión de los profesores corruptos, la autonomía de la universidad, la participación de los estudiantes en la dirección de los procesos vinculados a la enseñanza y el reconocimiento tácito de esa organización como máxima representante de los alumnos.
Por lograr esos “cuatro brazos” lucharía la Federación durante los primeros años, en los que no faltaron las manifestaciones, los enfrentamientos con la policía y otras acciones que sonaron en toda Cuba.
Mella no se contentó con eso. Fundó la Universidad Popular José Martí y la Liga Antimperialista, ambas con el objetivo de extender las ideas nacionalistas más allá de las aulas y plantar bandera contra los gobiernos que se arrodillaban ante los “jefes” del Norte.
La organización estuvo ligada al viaje de la campana de La Demajagua hacia la capital cubana. Como se sabe, Fidel Castro, entonces vicepresidente de la escuela de Derecho de la Universidad de La Habana, le propuso a la dirección de la FEU –en la cual se encontraba Alfredo Guevara- que llevara la histórica reliquia a la ciudad de La Giraldilla para protestar en un gran mitin contra el Gobierno de Ramón Grau San Martín, quien antes había pretendido usar el valioso objeto en un acto proselitista.
Según la enciclopedia Ecured, entre 1952 –año del golpe de Estado de Batista- y 1955 la Federación realizó más de 35 acciones contra la dictadura. Eso habla de la historia que fue tejiendo a lo largo del tiempo; esta se ensanchó más con la llegada a la presidencia de José Antonio Echeverría, líder de las acciones del 13 de marzo de 1957 y uno de los mártires más brillantes de aquella generación.
La FEU apoyó con vigor el movimiento 26 de julio y constituyó una de las fuerzas fundamentales en el triunfo del primero de enero de 1959.
Desde ese año hasta el presente la organización ha tenido 32 presidentes, entre ellos Ricardo Alarcón de Quesada, Jaime Crombet Hernández-Baquero y Juan Vela Valdés.
Hoy, con más de cien mil miembros a lo largo de todo el país, sigue honrando a Mella, a “Manzanita” Echeverría, a Fidel y a todos los que hicieron de ella una criatura joven a los 95 años y que tiene el sello de la eternidad.